Hasta hace unos años el contexto no favorecía el juego de apuestas, su despenalización en 1977 y la expansión en la década de los 80 de las máquinas en hostelería, bingos, casinos y loterías, hizo que se popularizara. El juego de apuestas como problema de salud pública se abordó en la Reunión Científica Anual de la Sociedad Española de Epidemiología, en una mesa redonda organizada por la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), moderada por Joan R. Villalbí, delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad.
A lo largo de las diferentes ponencias, los expertos abordaron la realidad actual de los problemas de salud derivados del juego, tanto en su vertiente online como presencial; sus determinantes sociales; el papel de la publicidad y los efectos que ha tenido la pandemia sobre el mismo.
Desde que las competencias sobre ordenación del juego en la Administración General del Estado pasaron del Ministerio de Hacienda al de Consumo en 2020, han surgido varias iniciativas regulatorias. No obstante, los conferenciantes coincidieron en subrayar que es necesario abordar el problema del juego desde la perspectiva de la salud pública para poder identificar todos sus riesgos.
En este sentido, Olga Sancho, de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), proponía estudiar las dinámicas de juego de apuestas y salud pública siguiendo el modelo de desigualdades en salud. Desde este prisma, el contexto socioeconómico y político, así como los ejes de desigualdad del sistema sanitario resultan factores de riesgo para la adicción al juego entre los grupos más vulnerables.
De acuerdo con los datos del Observatorio Español de Drogas y Adicciones del PNSD (Ministerio de Sanidad) presentados por la doctora Marta Molina, antes de la pandemia (2019-2020), un 64,2% de la población de 15 a 64 años había jugado con dinero online o presencialmente. De ese porcentaje, un 1,6% realizaría un posible juego problemático y un 0,6% presentaría un posible trastorno del juego. Entre estos últimos se observa una mayor prevalencia de comportamientos de riesgo como consumo excesivo de alcohol o consumo diario de tabaco. Según explicó la doctora Molina, los patrones de juego que necesitan una vigilancia más estrecha son aquellos que afectan "a la población más joven, así como a la más vulnerable, por presentar criterios que sugieren un potencial juego problemático".
Por este motivo, Yolanda López del Hoyo, del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón y de la Universidad de Zaragoza abogó por desarrollar programas preventivos y de intervención específicos en mujeres, jóvenes y personas mayores. Y es que, hasta ahora, la mayor parte de la investigación y el desarrollo de programas de prevención se ha centrado en jugadores varones adultos de mediana edad.
Aumenta la prevalencia del juego
Susanna Puigcorbé de la Agencia de Salud Pública de Catalunya (ASPCAT), centró su ponencia en documentar y describir la oferta de juego presencial en Cataluña. Lamentablemente, según dijo, la prevalencia del juego en la población aumenta año tras año y se incrementa en mayor medida en el juego presencial. El motivo es que una "elevada presencia de la oferta del juego de azar en el entorno urbano puede normalizar su uso y modificar las actitudes de la población respecto a este".
Esta mayor frecuencia y afición por el juego puede explicarse, según el profesor de la Universidad Miguel Hernández, Daniel Lloret, por la influencia de la publicidad. "Los estudios muestran que una mayor exposición a la publicidad está relacionada con una mayor frecuencia de juego, tanto en adultos como en jóvenes", señaló. Y es que, aunque la investigación sobre el impacto de la publicidad en la conducta de juego es relativamente reciente, los estudios muestran que una mayor presión mediática está directamente relacionada con la intensidad de las apuestas, sobre todo, en colectivos vulnerables. De hecho, el 70% de los menores reconocen ver mucha publicidad de apuestas y uno de cada tres admite sentirse influenciado por la publicidad del juego. Además, tanto en población general como en población clínica adulta, se ha observado que el 15% de la población general y el 35% de la población de jugadores en tratamiento reportan que la publicidad del juego les había hecho apostar más.
Por último, María Pérez-López, del equipo de adicciones de MadridSalud, mostraba los esfuerzos de prevención llevados a cabo. Mediante su estrategia de Prevención y Atención al Trastorno por Juego de Azar, se plantea prevenir e intervenir ante las conductas de riesgo y problemas asociados a los juegos de azar y los videojuegos. Para ello, acogen, valoran y asesoran a las familias y realizan intervenciones grupales e individuales con población de riesgo o personas ya consideradas adictas.
En definitiva, los expertos reunidos en el congreso de la SEE en León, hacían un llamamiento al reposicionamiento de la salud pública en general y de la epidemiología en particular, de manera que sea mejor considerada en su articulación a la hora de definir políticas y estrategias sanitarias y de salud.
Fotografía: Chris Liverani (Unsplash)