El año 2019 arrancó de forma "muy negativa" en materia de seguridad en el trabajo. Según las últimas estadísticas oficiales del Ministerio de Trabajo, en enero y febrero de este año se registraron un 16,8% más de accidentes en el sector primario que en el mismo periodo de 2018. son datos que ha hecho públicos la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) coincidiendo con el Día Internacional de los Trabajadores.
Tanto las cifras de accidentes, como la percepción del riesgo por parte de los profesionales del campo, así como las medidas que se toman para evitar dolencias, enfermedades e incidentes, no son suficientes, según la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, que finaliza su mayor campaña para formar y concienciar a los productores sobre la necesidad de prevenir accidentes y enfermedades.
Siniestralidad y accidentes
Las actividades de agricultura, ganadería, silvicultura y pesca fueron las que peor empezaron el año 2019 en cuanto a siniestralidad y accidentes. De hecho, el primario fue el único sector que no redujo sus cifras de accidentes con respecto a 2018, empeorando el índice de accidentes por jornada laboral en un 3,3%.
UPA reconoce que la agricultura y la ganadería en España deben abordar un "importante cambio de planteamiento" y poner la prevención como un elemento básico en la organización del trabajo en las explotaciones. "Sólo así lograremos evitar enfermedades y accidentes y, en definitiva, dolor. Y así mejorar nuestra salud y nuestra calidad de vida", señalan.
Los cultivos leñosos, los más peligrosos
El trabajo en cultivos leñosos, árboles y arbustos –tal y como lo recogen las estadísticas oficiales de Trabajo- es el que acumula más accidentes (11.956 en 2018), seguido de los cultivos en suelo (9.855). La ganadería registra muchos menos accidentes, en concreto 4.601 el pasado año.
La mayor campaña de concienciación y asesoramiento sobre prevención en el campo puesta en marcha por UPA, con la financiación de la Fundación Estatal para la Prevención de Riesgos Laborales (FSP), pone de manifiesto que queda mucho por hacer, pero que el camino emprendido es el correcto: información, formación y concienciación a los y las profesionales que trabajan en el sector.
Fotografía: Joaquín Terán