Durante los meses de invierno es frecuente que en las conversaciones se cuelen comentarios sobre el estado de salud. “Menudo catarro tengo”, “tengo un gripazo tremendo”, “estoy medio griposo”,… La confusión de términos es bastante común y aunque sean infecciones del tracto respiratorio, no todo es lo mismo. No es igual un catarro, que una gripe o que una neumonía.
El doctor Salvador Bello, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Miguel Servet, participó en el Ciclo Cuida-T que organiza la Obra Social de Ibercaja y el Colegio de Médicos de Zaragoza. Una charla en la que aclaró conceptos y rompió algunos mitos establecidos, porque no es igual de grave pasar por un catarro común que por una gripe.
El malestar general y algunas décimas de fiebre identifican a un constipado. No se debe tomar antibiótico y, en ocasiones, no es necesario acudir al médico. Hay hasta 150 virus respiratorios comunes.
Bien distinta es la gripe, que aparece de repente, bruscamente, con un cuadro de virus diferente a los catarros, produce fiebre alta durante varios días y obliga a hacer reposo, impide seguir con el ritmo de vida habitual. Tampoco se debe recurrir a los antibióticos para curarla. Solo existe vacuna para la gripe, no para los catarros.
Más grave es la neumonía, una infección del pulmón, donde los gérmenes se reproducen. Si los casos anteriores los producen virus, la neumonía llega a través de las bacterias, que pueden complicar catarros y gripes. En este caso, sí puede tratarse con antibióticos. No se contagia de paciente a paciente sino que los gérmenes llegan al pulmón por aspiración.
Y, ¿cómo se contagian catarros y gripes?
El contagio se produce por vía aérea, respirando e inhalando partículas de otro enfermo y también a través de las manos, tocando objetos que están ya contaminados. Para protegerse, es recomendable la ventilación de la casa, lavarse las manos (evita el contagio en un 90% de los casos), evitar aglomeraciones y vacunarse. Los médicos recomiendan como tratamiento:
- Reposo y no salir a la calle para evitar contagios
- Antitérmicos, analgésicos
- Antitusivos
- Antihistamínicos, si fuera necesario
- La vacuna de la gripe, sí es eficaz
El doctor Salvador Bello aclaró las dudas y rumores que se han extendido sobre la respuesta de la vacuna de esta campaña “sí tiene el virus que está produciendo la gripe”, dijo. Todos los virus que circulan de la gripe están en la vacuna: A (H1N1), A (H3N2) y B. “El virus A es el más grave y este año el predominante es el H3N2”, explicó el Dr. Bello, quien añadió que vacunarse “es una buena protección y tiene pocos efectos adversos”.
En este sentido, la eficacia de esta medida se sitúa en el 60%, pero es que, además, la vacuna baja en un 50% el riesgo de muerte, baja la hospitalización en un 60% y hay menos eventos cardiovasculares.
Quién debe vacunarse y quién aún no lo hace
Está indicada para personas de riesgo, cuidadores de esas personas y personal sanitario, muy recomendada para las embarazadas y para quienes padecen obesidad mórbida. En España, los que más se vacunan son los mayores de 65 años; entre las embarazadas solo lo hace el 6% y continúa siendo una asignatura pendiente para los profesionales sanitarios, todavía en un porcentaje muy bajo.
El jefe del Servicio de Neumología del Miguel Servet también llamó la atención sobre el descenso del alcance de la vacuna de la gripe. El año 2009 que se produjo una pandemia se logró un índice de vacunación del 65%, pero aquel año las campañas antivacunas y los rumores sobre el papel de las empresas farmacéuticas produjo un descenso en el alcance y ahora se sitúa en torno al 56%.
¿Se puede prevenir la neumonía?
La neumonía está producida por la bacteria del neumococo, tiene muchas variantes, según contó el Dr. Bello, hay más de 92 serotipos identificados y, por lo tanto, la virulencia es distinta.
Su incidencia aumenta a partir de los 50 años y es frecuente entre las personas de más de 65 y con factores de riesgo. Se considera peligrosa también para los lactantes.
La neumonía es la primera causa de muerte prevenible por vacunación. En nuestro país solo está financiada para niños en el primer año de vida. El Dr. Bello destacó en su conferencia en Zaragoza que los niños vacunados “tienen menos neumonías y, por consiguiente, también las personas mayores”. Y es que son, precisamente, los niños quienes pasan los gérmenes a los adultos, “con la vacuna hay menor posibilidad de portadores y se protege así a toda la población”.
En el caso de los mayores de 65 años, con la vacunación se consigue disminuir la incidencia de la neumonía y una dosis sirve para toda la vida.
Fotografía: José Luis Labat
Comunicación – Colegio de Médicos de Zaragoza