Los taxistas solidarios arrancan motores en Zaragoza. El Hospital San Juan de Dios de Zaragoza está de enhorabuena, gracias a los ocho taxistas que se han unido al voluntariado de este hospital, cediendo altruistamente su tiempo y servicios a los pacientes y sus familiares que lo necesiten.
Este proyecto nace tras el contacto de un grupo de profesionales del taxi interesados en llevar a cabo una colaboración con el Voluntariado y la Obra Social del hospital. Y es uno de ellos, Isaac Guergue, quien animó a un grupo de taxistas a ponerse en marcha, ya que fue miembro de los taxistas solidarios del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. “Cuando me trasladé a Zaragoza”, cuenta Isaac, “se lo comenté a mis compañeros, que recibieron la iniciativa con los brazos abiertos, y aunque por el momento somos un grupo reducido, esperamos que de aquí en adelante más compañeros se animen a unirse a este proyecto tan bonito y reconfortante.”
Desde este mes de octubre, este grupo de taxistas forma parte del Servicio de Voluntariado, área que nació en el hospital en 1992, en el que ciudadanos anónimos, que comparten la visión y los valores de hospitalidad de San Juan de Dios, llevan a cabo tareas de acompañamiento y atención a los pacientes y sus familias diariamente. Actualmente, son más de 100 los voluntarios que dedican unas 13.000 horas anuales a esas actividades tan necesarias para muchos pacientes y familiares ingresados en el hospital.
El
Hospital San Juan de Dios es el que selecciona los pacientes y familiares que pueden beneficiarse del programa. Como detalla Marga Pérez, responsable de Voluntariado y Obra Social del hospital,
“este proyecto nace con el espíritu de ayudar a personas en situación de enfermedad y sus familiares, ya que a nivel organizativo dentro de la familia este tipo de situaciones siempre tienen un gran impacto en las dinámicas familiares e implica una serie de recursos de los que muchas veces no se disponen en el núcleo familiar”, añade Marga Pérez
“con este proyecto intentamos favorecer que los miembros de la familia sigan unidos ante la enfermedad, pero sin salir de sus dinámicas habituales ni generando una serie de gastos, que en muchas ocasiones son inasumibles por las familias en situación de vulnerabilidad socio-económica.”
Con todos estos condicionantes, la finalidad del proyecto es la de facilitar los desplazamientos a pacientes y familiares ingresados en el centro hospitalario o pertenecientes a alguna de sus actividades ambulatorias. Los lugares susceptibles de acompañamiento son aquellos considerados como necesarios por los profesionales para el desarrollo de la actividad sanitaria o social del paciente y familiar.
Internamente, el hospital ha puesto en marcha a todos los niveles un circuito de detección de posibles beneficiarios de este servicio que, fundamentalmente, son pacientes ingresados con problemas económicos y sociales que deben ser acompañados a realizar gestiones administrativas fuera del hospital. También los familiares con dificultad en el desplazamiento para visitar a su familiar ingresado, pacientes del Servicio de Nefrología que tengan que acudir a revisiones periódicas en su hospital de referencia, y pacientes y familiares de la Unidad de Salud Bucodental Infantojuvenil o de cualquier otra área del centro hospitalario cuyas necesidades así lo requieran y cumplan los criterios.