Estos días he encontrado numerosas referencias sobre la alimentación, valores nutricionales, alimentos que nos hacen más o menos felices, beneficios de la dieta mediterránea y sobre los problemas de salud que generan la obesidad y el sobrepeso. Lo cierto es que visto así suena tópico y
que son conceptos que, una y otra vez, nos recuerdan desde las instituciones y los profesionales sanitarios. Se supone que deberíamos tenerlos interiorizados y que, realmente, deberíamos convencernos de que estamos ante un problema de salud pública que no parece estar resuelto a la vista de los datos con los que se trabajan.
Según recoge el portal Xplore Health, un 25% de los adolescentes europeos tiene obesidad o sobrepeso, fundamentalmente por una incorrecta alimentación, por tomar exceso de grasa y por sus comportamientos sedentarios. De nuevo, conceptos que nos repiten una y otra vez y que no parece que nos tomemos en serio o que seamos capaces de corregir en nuestra dieta.
La obesidad ha aumentado más del doble desde 1980 y un 65% de la población mundial vive en países en los que el sobrepeso mata a más personas que estar por debajo del peso normal. Detrás del sobrepeso y la obesidad hay un elevado riesgo de padecer enfermedades, sobre todo, cardiovasculares, y se tiene seis veces mayor riesgo de padecer diabetes tipo II.
Pero ¿por qué?, aunque algunos estudios están dirigidos a comprobar los componentes genéticos, en la mayoría de los casos detrás se esconde un estilo de vida poco saludable: falta de ejercicio, alimentación con exceso de grasas, comidas rápidas, abuso de comidas preparadas y poco equilibradas...
En Consulta Click, se habla de la dieta mediterránea para cuidar el corazón y se vuelve a insistir en que la alimentación es un factor fundamental para gozar de una buena salud cardiovascular y de los beneficios de una dieta equilibrada como la mediterránea, que no debemos olvidar fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2010.
¿En qué se basa exactamente una buena dieta mediterránea? La Fundación Dieta Mediterránea desglosa su contenido: “abundancia de alimentos vegetales, como pan, pasta, arroz, verduras, hortalizas, legumbres, frutas y frutos secos; el empleo de aceite de oliva como fuente principal de grasa; un consumo moderado de pescado, marisco, aves de corral, productos lácteos y huevos; el consumo de pequeñas cantidades de carnes rojas y aportes diarios de vino, consumido generalmente durante las comidas”.
La American Heart Association ha realizado un estudio en el que ha probado la eficacia de la dieta mediterránea para evitar sufrir un segundo infarto de miocardio. Los resultados revelan que aquellos que siguieron una dieta mediterránea tenían entre un 50% y un 70% de riesgo menor de volver a sufrir una enfermedad cardiaca. Y, en esta misma línea, la Fundación Española del Corazón (FEC) asegura que con una dieta equilibrada se puede disminuir un 30% el riesgo de sufrir alguna enfermedad cardiovascular y reducir en un 70% las probabilidades de tener alguna recaída.
En España, tenemos datos alarmantes sobre la salud cardiovascular de la población. El Estudio de Nutrición y Riesgo Cardiovascular, publicado en Revista Española de Cardiología, apunta quemás
del 46,7% de los españoles sufre hipercolesterolemia y solo la mitad lo sabe. Además, otro estudio publicado en la misma revista, señala que en España mueren a causa de obesidad y sobrepeso unas 28.000 personas al año.
Con todos estos datos, no olvidemos la famosa pirámide y como recuerda en su página de Facebook la doctora Cristina Serrano, aprendamos a comer...
Porque, además, los alimentos desempeñan un papel muy importante en nuestro estado de ánimo, en nuestras emociones y en nuestra energía, según recoge la web adelgazarysalud.com que este mes de agosto ha publicado una serie sobre los alimentos que nos pueden ayudar a ser más felices. Según la nutricionista Ariane Hundt, “una dieta deficiente, especialmente una repleta de comida basura, es a menudo una causa de depresión.” Los alimentos influyen en nuestro estado de animo, los neurotranmisores del cerebro regulan ese estado de ánimo y nuestro comportamiento, y están influidos y controlados por la ingesta de alimentos.
La clave para equilibrar el estado de ánimo a través de la nutrición es la coherencia, incluso en momentos de estrés, agrega Hundt en el artículo "Alimentos para ser feliz". A pesar de que tendemos a desear alimentos azucarados como una solución rápida para mejorar el estado de ánimo todo parece indicar que el equilibrio nos aportará mayores beneficios para gozar de buena salud.
Imagen: Office.microsoft.com
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Estilos de Vida
Etiquetas
alimentación, dieta sana, salud, prevención, mediterránea,
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