Todos estamos acostumbrados a acudir al hospital o laboratorio clínico para someternos a un proceso de extracción de sangre, lo que se conoce como venopunción, durante el cual se extrae una cantidad de sangre de una vena que sea suficiente para llevar a cabo todos los análisis que nos hayan sido prescritos.
Sin embargo, "este procedimiento no siempre es el más indicado", explica Martín Resano, investigador del I3A (Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón). Desde mediados de los años 60 se empezó a proponer un procedimiento alternativo, pensado para recién nacidos, a los que la venopunción resulta muy traumática, y que está basado en la punción en un dedo o en el talón y la deposición de unas gotas de sangre en un papel de filtro clínico. Este procedimiento da lugar a los llamados dried blood spots (DBS), que dan título al proyecto europeo que arranca ahora, financiado por el Programa INTERREG V-A España-Francia-Andorra (Poctefa 2014-2020).
Su uso ha ido creciendo en interés por una serie de motivos fáciles de entender, apuntan los miembros de este proyecto. En primer lugar, son ideales para realizar el screening neonatal. La ya famosa prueba del talón que se realiza a todos los recién nacidos y en la que se intenta detectar la presencia de determinados metabolitos que indican alguna dolencia congénita. De hecho, fue el origen de esta técnica de muestreo de sangre.
No obstante, se ha comprobado que el empleo del papel de filtro clínico tiene otras ventajas importantes. Por ejemplo, las muestras una vez secas son más estables que una muestra convencional de sangre y se pueden almacenar fácilmente incluso a temperatura ambiente. Este hecho los hace válidos para los biobancos, en los que se almacenan muestras que pueden ser útiles para estudiar o diagnosticar enfermedades a lo largo de la vida del paciente.
Además, estas muestras son mucho menos invasivas y pueden ser preparadas por los propios pacientes o sus familiares en casa y se pueden enviar por correo. "Esto conlleva una mejora en la calidad de vida de enfermos crónicos o de aquellos con movilidad reducida, que necesitan controles frecuentes y que viven en zonas alejadas de hospitales o laboratorios clínicos", subraya Martín Resano. También facilitan el desarrollo de estudios epidemiológicos en los que se solicitan voluntarios para analizar su sangre y comparar grupos de pacientes.
El proyecto europeo busca aumentar la implantación de DBS en dos ámbitos concretos, el control de pacientes con prótesis de cadera o rodilla, y lograr más información para diagnosticar mejor la enfermedad de Wilson, una patología enmarcada en el grupo de las enfermedades raras. Aunque se sospecha que tiene una incidencia mayor de lo que se pensaba, es fácil de tratar pero difícil de diagnosticar a edades tempranas, antes de que los síntomas se hayan manifestado, por lo que este procedimiento sería un paso importante. "Es necesario indicar que esta enfermedad, por desgracia, puede llegar a ser mortal sin el tratamiento adecuado", añade Resano. El proyecto también estudia alternativas menos invasivas todavía, como el empleo de orina en lugar de sangre depositada en papel de filtro (dried urine spots).
Categoría
Investigación y Ciencia
Etiquetas
investigación, sanidad, bioquímica, pacientes,
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