"La muerte no existe, es un hecho normal y no duele", es lo que dice Enric Benito, autor del libro "El niño que se enfadó con la muerte" en el que aporta claves para entender y acompañar en el viaje definitivo. Lo cierto es que nos cuesta hablar de la muerte y, sin embargo, hay una necesidad de saber más sobre ella y sobre el final de la vida.

Enric Benito estudió Medicina en la Universidad de Zaragoza, se especializó en Oncología y ha dedicado gran parte de su vida profesional a los cuidados paliativos. Precisamente, en Zaragoza, presentó el 6 de marzo su libro. Una obra que tiene mucho de autobiográfica y que refleja su cambio de vida a partir de los 40 años, cuando según explicó, "tuve una profunda crisis existencial en un momento de éxito profesional. No sabía que sucedía, busqué en mi interior haciéndome preguntas y tratando de conectarme conmigo mismo". Ese proceso de reflexión le llevó a su infancia y le conectó con la pérdida de su abuelo, ver su muerte con un gran sufrimiento le empujó hacia el deseo de que nadie tuviera que morir así. A partir de ahí, comienza una nueva etapa centrada en su interés por el periodo final de la vida, por cuidar y acompañar, por mostrar la importancia que tiene afrontar el final de la vida de un ser querido, "una experiencia de serenidad".

Insistió en la importancia que tiene aprender a acompañar, "percibir en profundidad lo que sucede, no quedarse en la superficie de la muerte". Y, sobre todo, "no tener miedo a acompañar, despedir bien a las personas, cambia la percepción de esa despedida, es una lección transformadora, el proceso del duelo es diferente". "Morir bien es de vital importancia y la forma en que nos vamos deja un gran legado a los que se quedan", dijo el doctor Benito.

Sin embargo, "El niño que se enfadó con la muerte" no es un libro de autoayuda, ni de acompañamiento, tal y como explicó en la Fundación Ibercaja en Zaragoza, "es un libro de historias", fruto de su conocimiento clínico, de su recorrido con personas enfermas y con sus familias en sus últimos días, pero "no doy respuestas, ni salvo a nadie", aunque sí recordó que hay que acoger y apoyar, liberarse del miedo a lo desconocido para vivir con plenitud, "hay que procurar irse bien vivido", apuntó Enric Benito.

En su charla con los asistentes a la presentación de esta obra, cuyos beneficios serán donados a la Fundación SECPAL (Sociedad Española de Cuidados Paliativos), dejó frases que estamos poco acostumbrados a escuchar, como "tú no tienes una vida, la vida te tiene a ti" o "la muerte no existe, existe vivir y morir". Rompió algunos tabúes como pensar que hay personas que mueren sin saber que se están muriendo, porque todo el mundo sabe que va a morir y ahí el papel de los que cuidan y acompañan es fundamental, ya que se puede "morir muy solo si los que nos cuidan y los que nos quieren intentan aparentar que no va a ocurrir y tratan de ocultar la realidad desde la ignorancia y el miedo", señaló el autor.

La rapidez de la sociedad actual, el día a día en el que todo el mundo tiene prisa, hace que nos detengamos poco en lo que de verdad importa. En este punto, Enric Benito afirmó que "vivimos en una obscena superficialidad, no estamos conectados con nuestro interior, con nosotros mismos".

"El niño que se enfadó con la muerte" está dirigido al público general, pero es también un libro de homenaje a todas las personas que se dedican a los cuidados paliativos en nuestra sociedad.

Enric Benito impulsó la creación de un grupo de acompañamiento espiritual en clínica dentro de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL), del que fue coordinador entre 2006 y 2015. En su recorrido profesional ha sido coordinador de la Unidad de Cuidados Paliativos del hospital Virgen de la Salud y del hospital Joan March en la isla de Mallorca y coordinador del Programa Autonómico de Cuidados Paliativos de las Islas Baleares. Es miembro de Honor de la SECPAL desde 2014 y profesor invitado en varias universidades españolas, portuguesas y de América Latina.

En la presentación de su libro en Zaragoza estuvo acompañado por Javier García Campayo, catedrático de Psiquiatría en la Universidad de Zaragoza, autor del prólogo del libro, y por el doctor Rogelio Altisent, profesor titular de Bioética en la Universidad de Zaragoza y presidente de la Fundación Fundaz Paixena.

Hoy, aquel niño que se enfadó con la muerte, reconoce haber cerrado la herida de la muerte de su abuelo.