Los jóvenes españoles, con edades comprendidas entre los 16 y 30 años, no solo presentan en muchos casos sobrepeso u obesidad, sino que reconocen que ésta es una enfermedad que supone un problema de salud importante. Sin embargo, aumentan entre ellos los hábitos que favorecen la aparición, desarrollo y mantenimiento de esta enfermedad y, a pesar de su interés mayoritario por bajar de peso, habitualmente adoptan medidas poco efectivas y no controladas por profesionales sanitarios.
Estos son solo algunos de los principales hallazgos obtenidos de una encuesta realizada por la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), con la participación de un millar de jóvenes, que ofrece una fotografía del alcance que tiene el problema del sobrepeso u obesidad entre la población de 16 a 30 años que vive en España, reflejando importantes déficits y áreas de mejora.
En este estudio, tal y como detalla el presidente de SEEDO, el Dr. Francisco Tinahones, "se han valorado gran cantidad de aspectos relacionados con el peso corporal en una población donde habitualmente tenemos menos datos. Conocer la prevalencia de obesidad en ese rango de edad, la percepción sobre su peso de los jóvenes, las causas de un peso no adecuado y conocer las estrategias utilizadas para bajar de peso han sido los objetivos principales".
Percepción del peso
Respecto a la percepción que tienen los jóvenes españoles sobre el peso, este informe muestra que hasta el 80% de ellos asumen que el exceso de peso es una enfermedad. Un 28,6% de los jóvenes considera que tiene exceso de peso, porcentaje que asciende al 73,1% entre los que tienen obesidad o sobrepeso. Según comenta el Dr. Tinahones, "este dato contrasta con estudios anteriores en población general donde solo un 20% de los obesos se reconocía como tal". La mayoría de los obesos admite que empezaron a subir de peso en la adolescencia.
Un 55,2% de los jóvenes encuestados querría estar más delgado, un porcentaje que asciende hasta el 89,7% entre las personas obesas o con sobrepeso. En este sentido, como subraya la Dra. Susana Monereo, "llama la atención que un 13,9% de los jóvenes con IMC insuficiente quiere perder peso".
Perfil de los jóvenes con sobrepeso u obesidad
La falta de ejercicio, el picoteo provocado por ansiedad y la mala alimentación son, por este orden, las principales razones declaradas para explicar el exceso de peso. Con todo, según llama la atención el presidente de SEEDO, al menos "uno de cada tres jóvenes con sobrepeso u obesidad afirman tener un padre o una madre con exceso de peso, pero también hay prevalencia de obesos en su entorno de amigos y en las parejas, todo esto advierte tanto sobre la posible influencia genética como sobre los hábitos de vida y alimenticios compartidos con familia y amigos".
Otro aspecto relevante que se subraya a partir de este informe es que el 88,8% de los jóvenes que creen tener exceso de peso reconoce que esto condiciona su vida, llevándole a sentirse acomplejado o incluso rechazado.
Medidas adoptadas para perder peso
El 70,6% de los jóvenes ha intentado perder peso (más las mujeres que los hombres, un 78,2% vs 63,4%), porcentaje que se eleva hasta el 90,3% entre los que tienen sobrepeso u obesidad. Entre los jóvenes con un IMC insuficiente, el 39,3% ha procurado adelgazar (la mayoría de ellos, más de una vez).
Sin embargo, esta encuesta revela que estos intentos de controlar el peso se han llevado a cabo generalmente sin la orientación de un profesional, "lo cual es una imprudencia y, casi siempre, supone una garantía de fracaso", apunta el Dr. Francisco Tinahones. De hecho, en este trabajo se aprecia que, al intentar adelgazar, la mayoría lo ha hecho por su cuenta y que solo un 14,8% de los jóvenes con sobrepeso o con obesidad ha recurrido a un médico y un 36,8% a un nutricionista, mientras que el 50,1% ha seguido una dieta de Internet.
Aunque el 63,9% no ha tomado nada para adelgazar, los entrevistados reconocen mayoritariamente que el herbolario, Internet o los gimnasios se sitúan antes que la farmacia o el médico a la hora de adquirir productos para perder peso. Con todo, tal y como apunta la Dra. Monereo, "el 62,9% de los jóvenes sabe que hay fármacos para tratar la obesidad y el 80,6% conoce que la obesidad puede operarse". Abandonar la dieta o dejar de hacer ejercicio constituyen los principales motivos para recuperar rápidamente el peso.
Menos agua y más bebidas azucaradas
Una alta proporción de niños y adolescentes
no beben lo suficiente a diario y el consumo de
bebidas azucaradas parece seguir aumentando en los países europeos, especialmente en España. Sin embargo, la evidencia es escasa en relación a la ingesta real y global de líquidos en niños y adolescentes. Por ello, Iris Iglesia, investigadora del Grupo de Investigación GENUD (
Growth, Exercise, Nutrition and Development) de la Universidad de Zaragoza y del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón) evaluó el consumo de líquidos en una muestra de niños y adolescentes españoles, diferenciando entre agua y distintos tipos de bebidas, en varios lugares y momentos del día. En este estudio realizado en 2018, 167 niños y adolescentes españoles participaron a través de una encuesta transversal de ingesta de líquidos.
Los resultados de la encuesta mostraron que más del 70% de los niños y adolescentes no cumplían con los valores de referencia marcados por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria para la ingesta de líquidos. Además, el 40% de los niños y aproximadamente el 50% de los adolescentes consumían al menos una porción de 250 ml de bebida azucarada al día, mientras que aproximadamente el 20% consumía solo una porción de agua al día.
También se mostraba que los niños y adolescentes bebían sobre todo durante las comidas principales (el 50% y el 54% de la ingesta total de líquidos, en niños y adolescentes respectivamente). El agua representaba el 62% de los líquidos consumidos en la comida principal lo que significa que durante muchas horas al día (entre las comidas principales), los jóvenes no consumían líquidos. Además, menos del 10% de la ingesta se producía en la escuela (9% en niños y 7% en adolescentes) lo que es preocupante dada la importancia de una buena hidratación en el rendimiento cognitivo y la cantidad de horas que pasan en ella.
Los resultados preocupan. Luis Moreno, investigador principal del grupo de investigación GENUD y la investigadora Iris Iglesia, subrayan que estos datos implican un empeoramiento de los hábitos en este sentido con respecto a encuestas anteriores. La recomendación más directa que hacen es que "se aprovechen las horas fuera de las comidas principales para aumentar el consumo de agua" y que esto, se impulse principalmente entre los adolescentes que parecen estar haciéndolo peor. Además, habría que intentar favorecer el consumo de agua "en otros espacios diferentes al hogar, como en el colegio", por ejemplo, ya que el consumo reportado en estos espacios, a veces no llega al vaso de agua.
Vídeo de la presentación del informe de la SEEDO.
Fotografía de Luis Moreno e Iris Iglesia, del grupo de investigación GENUD.