Quienes padecen el Síndrome de Piernas Inquietas tienen una imperiosa necesidad de mover las piernas. Según los datos de la asociación AESPI, entre el 5 y el 10 por ciento de la población española sufre el Síndrome de Piernas Inquietas (SPI) o Enfermedad de Willis-Ekbom (EWE), un porcentaje que se puede elevar hasta el 15 y el 20 por ciento entre los mayores de 65 años. El diagnóstico de este trastorno neurológico lo pueden realizar en las unidades de Neurología, del Sueño o los médicos de familia de los centros de salud.
Hoy se celebra el Día Mundial del Síndrome de Piernas Inquietas y es hora de hacer balance de la campaña “¿Tus piernas nunca descansan? Destapando el SPI”, puesta en marcha por el laboratorio UCB, con la colaboración de la AESPI, con la que se trata de dar a conocer esta patología e informar a los pacientes diagnosticados y no diagnosticados. Para ello se ha organizado la mesa de debate “Pacientes conectados” en la que se hablará del impacto del uso de las redes sociales entre pacientes y las diferentes plataformas que utilizan para comunicarse, informarse o apoyarse. Contará con la participación de destacados representantes de las plataformas más populares que engloban a pacientes y las organizaciones vinculadas al síndrome de piernas inquietas.
La mesa redonda comenzará a las 9:30 en Open Talk MPG (calle Francisco de Ricci, 11. Madrid), pero también se podrá seguir vía streaming.
Síntomas del SPI
Quienes padecen SPI sienten molestias en las piernas, que se pueden aliviar moviéndolas, levantándose y caminando. También pueden aparecer esas molestias en otras partes del cuerpo, como brazos, cuello y tronco. La necesidad de mover las piernas suele presentarse durante el reposo, al permanecer sentado o acostado, y principalmente en las últimas horas de la tarde y por la noche. Puede ocurrir en días aislados o de manera continua.
Las personas con SPI tienen dificultades para explicar las sensaciones que produce, pero las describen como “si un insecto reptara por la pierna”, una sensación de picor o de tirantez. Generalmente, los síntomas se manifiestan sobre todo en las últimas horas de la tarde y por la noche, pero también es posible que aparezcan durante el día.
Su intensidad puede ser leve, lo que significa que sólo se experimentan los síntomas de vez en cuando y no tienen un gran impacto en la calidad de vida ni en el sueño. Sin embargo, también hay casos más graves de SPI en los que los síntomas pueden producirse varias veces a la semana o con mayor frecuencia, lo que puede influir mucho en el sueño y en la vida cotidiana.
Si los síntomas aparecen por la noche, afecta a la calidad del sueño y esto produce cansancio y falta de concentración durante el día. Si los síntomas se experimentan durante el día, la persona afectada no puede mantenerse quieta durante largos periodos de tiempo, por ejemplo en viajes largos en coche, en reuniones prolongadas, en el cine o en el teatro. Estos problemas afectan a las relaciones sociales y la vida cotidiana.
Fuentes de información:
AESPI
Destapando el SPI
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