Ni visitas de familia, ni de amigos, ni del entorno más cercano. Son muchas las personas mayores que viven solas, pero también hasta la llegada del coronavirus SARS-CoV-2, muchas de ellas tenían una vida activa, paseos, un café después de una caminata en grupo, los bailes en línea, la partida de cartas, comer en el centro de mayores… Como al resto de la población, las personas mayores han tenido que pasar por el confinamiento, pero ¿cómo lo han vivido? ¿Cómo se han sentido? ¿Se les ha preguntado si les parece bien las horas fijadas para que puedan salir?
Las redes vecinales que se han organizado en algunos barrios de las ciudades o las llamadas entre los vecinos en los pueblos para saber si todos estaban bien o si alguien necesitaba algo han sido un soporte generado de forma espontánea y solidaria.
Probablemente, son los que mejor se han adaptado a esta situación. Tienen más resistencia y capacidad para afrontar las situaciones adversas, tal vez por lo que les ha tocado vivir a lo largo de su vida. Y eso que las primeras noticias sobre la COVID-19 hablaban, sobre todo, de sus muertes y de las residencias de ancianos.
Noticias que provocaron "miedo e inseguridad porque los convertía en candidatos a fallecimiento", subraya con tristeza Jesús Marta, terapeuta ocupacional con una amplia trayectoria profesional ligada a las personas mayores y vicepresidente de la Sociedad Aragonesa de Geriatría.
Estos sentimientos "serán difíciles de revertir entre la población mayor una vez se recupere la normalidad", apuntan desde la ONG Grandes Amigos, que además señalan como el coronavirus "está sacando a relucir un problema mucho más profundo: la discriminación por edad y el abandono que sufren muchas personas mayores".
Desde la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología se recuerda que el confinamiento tendrá efectos secundarios, ha hecho aumentar la fragilidad de las personas mayores, porque han hecho menos ejercicio, no se han podido relacionar con otras personas y, posiblemente, hasta su alimentación se hayá visto afectada.
Son el colectivo más vulnerable y "esta pandemia supone una gran amenaza a su salud, derechos y bienestar social y económico", recuerdan desde la ONG HelpAge International España.
Sin etiquetas
En España viven casi nueve millones de personas de más de 65 años, "con una amplitud de características, no es un grupo homogéneo, es un error agrupar por igual a personas con un intervalo de edad de 35 o 40 años", explica Jesús Marta. Sus situaciones pueden ser muy diversas, con diferentes patologías, niveles de dependencia, tal vez son cuidadores o cuidadoras de sus parejas, sus condiciones de vida son distintas pero siempre se tiende a etiquetar.
Antes de esta pandemia se hablaba mucho de la soledad y los mayores. Ahora parece que esto se ha olvidado, "no hay grandes campañas dirigidas a ellos y habrá que ver cómo les ayudamos a salir de casa", destaca Jesús Marta.
Y si algo ha aumentado en estos meses ha sido "el sentimiento paternalista hacia este grupo de población, se les habla con visión de proteccionismo, tienen unos derechos pero hablamos en su nombre", dice Marta.
Con derechos
Categoría
Gestión Sanitaria
Etiquetas
pandemia, coronavirus, epidemiología, mayores, envejecer,
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