Información de Salud y Ciencia

por Melania Bentué

10/5/2020

Así se han enfrentado las personas mayores al confinamiento por COVID-19

Se han adaptado a la situación, han perdido parte de su bienestar y de su salud más allá del coronavirus y han sabido superar el miedo y la incertidumbre que generaban las noticias que les llegaban

Así se han enfrentado las personas mayores al confinamiento por COVID-19

Ni visitas de familia, ni de amigos, ni del entorno más cercano. Son muchas las personas mayores que viven solas, pero también hasta la llegada del coronavirus SARS-CoV-2, muchas de ellas tenían una vida activa, paseos, un café después de una caminata en grupo, los bailes en línea, la partida de cartas, comer en el centro de mayores… Como al resto de la población, las personas mayores han tenido que pasar por el confinamiento, pero ¿cómo lo han vivido? ¿Cómo se han sentido? ¿Se les ha preguntado si les parece bien las horas fijadas para que puedan salir? 

Las redes vecinales que se han organizado en algunos barrios de las ciudades o las llamadas entre los vecinos en los pueblos para saber si todos estaban bien o si alguien necesitaba algo han sido un soporte generado de forma espontánea y solidaria.

Probablemente, son los que mejor se han adaptado a esta situación. Tienen más resistencia y capacidad para afrontar las situaciones adversas, tal vez por lo que les ha tocado vivir a lo largo de su vida. Y eso que las primeras noticias sobre la COVID-19 hablaban, sobre todo, de sus muertes y de las residencias de ancianos.

Noticias que provocaron "miedo e inseguridad porque los convertía en candidatos a fallecimiento", subraya con tristeza Jesús Marta, terapeuta ocupacional con una amplia trayectoria profesional ligada a las personas mayores y vicepresidente de la Sociedad Aragonesa de Geriatría.

Estos sentimientos "serán difíciles de revertir entre la población mayor una vez se recupere la normalidad", apuntan desde la ONG Grandes Amigos, que además señalan como el coronavirus "está sacando a relucir un problema mucho más profundo: la discriminación por edad y el abandono que sufren muchas personas mayores".

Desde la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología se recuerda que el confinamiento tendrá efectos secundarios, ha hecho aumentar la fragilidad de las personas mayores, porque han hecho menos ejercicio, no se han podido relacionar con otras personas y, posiblemente, hasta su alimentación se hayá visto afectada.

Son el colectivo más vulnerable  y "esta pandemia supone una gran amenaza a su salud, derechos y bienestar social y económico", recuerdan desde la ONG HelpAge International España.

Sin etiquetas

En España viven casi nueve millones de personas de más de 65 años, "con una amplitud de características, no es un grupo homogéneo, es un error agrupar por igual a personas con un intervalo de edad de 35 o 40 años", explica Jesús Marta. Sus situaciones pueden ser muy diversas, con diferentes patologías, niveles de dependencia, tal vez son cuidadores o cuidadoras de sus parejas, sus condiciones de vida son distintas pero siempre se tiende a etiquetar.

Antes de esta pandemia se hablaba mucho de la soledad y los mayores. Ahora parece que esto se ha olvidado, "no hay grandes campañas dirigidas a ellos y habrá que ver cómo les ayudamos a salir de casa", destaca Jesús Marta.

Y si algo ha aumentado en estos meses ha sido "el sentimiento paternalista hacia este grupo de población, se les habla con visión de proteccionismo, tienen unos derechos pero hablamos en su nombre", dice Marta.

Con derechos

La Organización de Naciones Unidas (ONU) presentaba el 1 de mayo un informe sobre el impacto de la COVID-19 en las personas mayores en el que se hablaba de derechos humanos que se han visto afectados como "el derecho a la vida, a la salud, a la autonomía personal, a la atención sanitaria, a los cuidados paliativos, a la seguridad y a disfrutar de una vida libre de violencias, abusos o negligencias".
 
HelpAge International España, en un comunicado con declaraciones de su director, Justin Derbyshire, remarca que esta pandemia "ha aumentado las desigualdades preexistentes, el edadismo y la discriminación, así como los desafíos enfrentados para acceder a la atención médica y la asistencia humanitaria".
 
Si en algo coinciden quienes trabajan en un entorno de personas de más de 65 años es que las respuestas a la pandemia hasta la fecha no han logrado incluir adecuadamente a las personas mayores. 
La ONU ya ha apuntado que, después de esta situación habrá que crear marcos legales más fuertes para proteger los derechos de estas personas y tenerlas en cuenta en las respuestas sociales, económicas y humanitarias.
 
Desde la ONG Grandes Amigos instan a que la sociedad en su conjunto, "desde los poderes públicos y privados a la ciudadanía, reflexione a fondo y cambie por completo la visión que tiene de las personas mayores y el valor que le da a este grupo de población".
 
En esta misma línea, y tras lo que ha sucedido en las residencias, profesionales sanitarios apuntan que se debería abrir un marco de trabajo sobre la asistencia sanitaria a las personas que viven en residencias y también sobre el sistema sociosanitario. En este sentido, Jesús Marta reflexiona sobre la necesidad de introducir cambios porque en las residencias "viven personas con derechos y también con derecho a una asistencia sanitaria".
 
Y es que como dicen desde Grandes Amigos no es posible que "a más años haya menos derechos". La pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 ha afectado especialmente a personas con discapacidad, dependencia o soledad y todo lo sucedido requiere una profunda revisión. 
 
Más información:
 
Fotografía: Nick Karvounis (Unsplash)

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