¿Cómo surge la idea de crear esta plataforma?
En nuestro equipo de Investigación en Salud Mental llevamos más de dos décadas estudiando los riesgos psicosociales, su impacto sobre la salud y las formas de prevenirlos. En los últimos años vienen observando acciones muy interesantes en este campo, no solo en la universidad, también desde las administraciones, asociaciones, empresas, etc. Por ello, consideramos que podría ser útil crear un foro en el que compartir estas experiencias y beneficiarnos mutuamente.
¿Qué situaciones habíais detectado que os parecía que hacía necesario crear esta red?
Hace veinte años era necesario realizar toda una labor didáctica, casi de proselitismo, para que se entendiera que los riesgos psicosociales presentes en el trabajo eran un problema de salud pública. Actualmente, no solo existe una percepción clara del hecho, sino que se entiende que es más rentable prevenir que intervenir. La red es un punto de encuentro para quienes están interesados en la evaluación, en la intervención y, especialmente, en la prevención.
¿Cuáles son los riesgos psicosociales ante los que hay que prestar atención? ¿Cuándo esos riesgos se convierten en psicopatologías?
Hablamos de factores que, en principio, no son negativos ni positivos. Por ejemplo, la carga de trabajo puede ser soportable o convertirse en sobrecarga. Puede existir control sobre la tarea o no... Es decir, estos factores pueden llegar a ser un riesgo y esos riesgos, con el tiempo, acaban manifestándose en estrés, agotamiento o depresión, entre otros. Debemos prestar atención a todo aspecto que tenga relación entre la persona y su trabajo. No olvidemos que en el medio laboral solemos pasar la mayor parte de nuestro tiempo y en él que están en juego muchos de nuestros intereses, expectativas y emociones.
Solemos pensar en profesiones de mucho estrés, en autónomos, directivos... Pero, supongo que trabajar en una cadena de producción, hacer siempre lo mismo, trabajos con pocas expectativas de cambio o de mejora tendrán asociado algún riesgo... ¿Tenéis identificado un perfil o perfiles profesionales con mayores riesgos?
Cada profesión tiene sus propios factores y una posibilidad mayor de sufrir un riesgo u otro. Un trabajador puede "quemarse" por sobrecarga de trabajo o por falta de retos y de oportunidades. Efectivamente, existen profesionales más expuestos, carreras muy vocacionales, que deben atender a las demandas constantes del público, o que exigen altos niveles de concentración. Es cierto que hay puestos más estresantes que otros, pero, sobre todo, podemos decir que cada trabajo y cada puesto tienen una forma distinta de estrés.
Participaste en el Congreso de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) en octubre en Córdoba con un estudio sobre la profesión periodística, ¿Qué recogía ese informe?
Como digo, prácticamente en todos los trabajos aparece la sobrecarga como un factor importantísimo y los periodistas no son una excepción. Existen otros factores que actúan como protectores o como potenciadores del estrés, que conlleva la sobrecarga: la posibilidad de control, las recompensas intrínsecas, el sentido de comunidad o de equipo. Con los periodistas teníamos la hipótesis de que la falta de control sobre la tarea, sería un factor que se manifestaría en riesgo, ya que la actualidad y las noticias no vienen de una en una y así se constató. Pero lo más sorprendente fue encontrar que el conflicto entre los propios valores y los de la organización era lo que mejor explicaba el estrés y el desgaste personal.
Después de tu intervención en aquella mesa redonda, hay algo que te llamase la atención, alguna idea o comentario que se repitiese sobre nuestro estado de salud emocional o sobre las situaciones que se viven desde el periodismo
Quedé
muy impresionado de aquel encuentro y me sirvió para comprender algunos resultados de nuestro estudio. Hablamos de una profesión con un fuerte carácter vocacional y con bastantes dosis de idealismo inicial. El choque con la realidad es común con otras profesiones, pero en los últimos años, la actividad del informador ha sufrido especialmente. Muchos medios pretenden que se produzca como en una fábrica, se han eliminado miles de puestos, no se aprecian los años de experiencia, resulta más rentable un recién graduado, al fin y al cabo, el análisis de la noticia no es lo que importa sino los grandes titulares.
Pude conversar con los participantes y me llamó la atención el hecho de que algunos habían trabajado en medios de primera fila y se habían reconvertido en freelance, habían creado una agencia o, simplemente, habían abandonado su profesión. No creo que ningún otro sector laboral haya sufrido un proceso tan devastador en las últimas décadas.
¿Qué objetivos tenéis para este año, qué líneas de trabajo vais a impulsar?
Nuestros grupos de investigación continúan en sus proyectos sobre salud mental en general, y la red, que acaba de nacer, debe ser impulsada desde todos los ámbitos. Estamos trabajando con la Administración, con asociaciones profesionales, con los agentes sociales y con las empresas de todo tamaño. Resulta alentador la buena sintonía que encontramos, ya digo que no era lo habitual, y lo sencillo que resulta ponernos de acuerdo para avanzar. Aunque sabemos lo mucho que queda por hacer, subrayo que es muy reconfortante.
¿Cómo se conforma la Red Aragonesa de Prevención Psicosocial y cómo es el trabajo o la relación con las empresas y cómo vais a trabajar con ellas?
No somos una organización, ni un observatorio. Queremos ser una “plaza pública” a la que acude cada cual con sus experiencias o con sus necesidades. Cada empresa, cada asociación, cada profesional, aporta lo que tiene y demanda lo que precisa. Al principio está siendo un poco complejo porque son demandas muy “a la carta”, pero vamos a ir aglutinando por temas para tratar de agilizar el proceso.
¿Crees que, tras estos dos años de pandemia, nuestro estado de bienestar emocional o la salud psicosocial se ha visto alterada?
Todo se ha alterado. Pero no podemos culpar de todo a la pandemia. Había cuestiones que ya estaban ahí y esta situación las ha puesto de manifiesto o las ha acelerado. Los problemas de salud mental ya estaban creciendo antes de 2020. Quizás ahora nos estamos planteando más seriamente nuestro bienestar emocional.
El sueldo sigue siendo importante, pero somos conscientes de que solo tenemos una vida y queremos emplearla bien. Cada día hay más indicadores de esta nueva óptica. Empresarios y directivos son conscientes de que deben generar un clima de trabajo propicio, es mucho más caro reemplazar a un ser humano que a una máquina.
Fotografía de Lori Needleman: Santiago Gascón
Fotografía de la Mesa Redonda sobre salud mental en el congreso ANIS, en la que participó.
Fotografía de la presentación de la RAPPP en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza.