La Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) propone 16 líneas de trabajo en políticas de gestión, desigualdades en salud, vigilancia, protección y promoción de la salud en su último informe sobre la situación de la salud en España.
Bajo el título “La salud pública y las políticas de salud: del conocimiento a la práctica”, el Informe SESPAS 2016, publicado en Gaceta Sanitaria, se ha presentado en la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), en Granada.
El documento valora políticas que se han introducido con éxito y han representado progresos importantes; identifica acciones prometedoras que se han implantado en ciudades o comunidades autónomas, y se plantea su posible generalización. Asimismo, se publican buenas prácticas que han dado resultados en otros contextos y propone cómo implantarlas en nuestro país.
El Informe SESPAS recoge 16 líneas de trabajo:
- Mejorar el buen gobierno del Sistema Nacional de Salud.
- Transparencia en la toma de decisiones.
- Articular la cooperación en red en la evaluación en salud.
- Una Agencia para fomentar la promoción de la salud.
- Equidad en el acceso a las prestaciones sanitarias.
- Informes periódicos de salud.
- Monitorizar las desigualdades.
- Sustancias tóxicas en la población.
- El valor de las regulaciones europeas para la protección de la salud.
- El balance entre protección colectiva y derechos individuales.
- Las intervenciones de reducción de daños en personas que utilizan drogas.
- Estrategia frente al envejecimiento y la cronicidad.
- Acciones en ciudades y barrios que mejoran la salud.
- La reorientación de los servicios de atención primaria hacia la promoción de la salud.
- Mejora de las condiciones de trabajo mediante la participación de trabajadores.
- Activos positivos para la acción en salud.
Buenas prácticas, algunos ejemplos
Dada su implicación en la sostenibilidad de la sanidad pública, algunas comunidades como el País Vasco han articulado intervenciones a desarrollar. En este Informe, se reflexiona sobre la Estrategia de Cronicidad del País Vasco y aquellas características en relación al contexto, diseño, implementación y progreso que contribuyeron al desarrollo de dicha estrategia. En particular, se plantea la necesidad urgente de articular respuestas políticas y organizativas convincentes e ilusionantes desde los sistemas de cuidados.
También se presenta la Central de Resultados de Cataluña como un instrumento pionero en el Estado, orientado a la mejora de la calidad y la transparencia del gobierno sanitario. En este sentido, se recomienda hacer públicos los resultados alcanzados por los diferentes proveedores del sistema sanitario para fomentar la transparencia y la competencia por comparación.
Destaca el informe de salud de la ciudad de Barcelona, donde desde hace décadas cada año se presenta un informe de salud al consistorio, a partir del cual se han puesto en marcha acciones para abordar problemas como la mejora de la salud infantil en barrios desfavorecidos, la extensión de mejoras en la atención primaria de salud, o la mortalidad por cáncer de mama, que fueron capaces de revertir los problemas detectados. La conexión entre profesionales de salud pública y políticos con capacidad de decisión sobre políticas intersectoriales parece clave, y debería extenderse a otros ámbitos.
Otro ejemplo de buenas prácticas es el de la Red Aragonesa de Proyectos de Promoción de la Salud (RAPPS), y la Red Aragonesa de Escuelas Promotoras de Salud (RAEPS). Estas redes de experiencias facilitan la gestión del conocimiento y el desarrollo de estrategias de promoción de la salud entre los profesionales que trabajan en el territorio. Permitiría construir evidencia sobre la acción en promoción de salud que es escasa en nuestro país.
Se muestra el Proyecto COMSalud, en Cataluña, y la Estrategia de Alimentación Saludable y Vida Activa del Govern Balear que permite, junto con otras buenas experiencias que se están dando a lo largo de nuestro territorio, ponerse a trabajar.
La participación de los agentes de interés es determinante en la mejora de las condiciones de trabajo y de empleo. Por ello, se recoge una experiencia de aplicación del Método ERGOPAR de ergonomía participativa y se muestra que es un procedimiento viable y útil, adaptado a las empresas españolas y debería considerarse su aplicación como una alternativa eficiente para las empresas interesadas en mejorar las condiciones ergonómicas en el trabajo.
Al acto han asistido la presidenta de la sociedad científica, Beatriz González, el director de la EASP, Joan Carles March, y dos de los autores del informe, Cristina Hernández-Quevedo y Joan Ramón Villalbi.