Para José Ignacio Sánchez Miret, 2019 marca en inicio de una nueva etapa en su vida. Una vida profesional dedicada al programa de donación y trasplantes. Han sido más de 40 años dedicados a la donación y el trasplante. Empezó como coordinador del Hospital Clínico Universitario "Lozano Blesa" en Zaragoza, se sumaría después su labor como responsable de la Coordinación Autonómica de Aragón, que compatibilizó con su trabajo en la UCI del Hospital Clínico hasta que, en 2005, se dedicó exclusivamente a la Coordinación de Trasplantes de Aragón.
Ahora, con 68 años, deja paso a una nueva generación. Estuvo en la puesta en marcha de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y en el desarrollo de la actual red en la que, como él dice “todo el mundo rema en la misma dirección, trabajar en común”.
Es uno de los hitos con los que se queda, habla de la labor del doctor Rafael Matesanz, durante más de 25 años director de la ONT, del éxito que supuso trabajar con organización y desde el consenso. También de cuando se creó la figura del coordinador de trasplantes en los hospitales y desde el punto de vista científico, subraya el avance que supuso la inmunosupresión. La primera fue la ciclosporina, “su aparición evitó el rechazo de manera más selectiva y disminuyó, en gran medida, la aparición de infecciones, como efecto secundario de un exceso de inmunodepresión.” Y no se olvida de la creación de bancos de tejidos y células en todo el país.
Sánchez Miret es un gran conversador, siempre activo y dispuesto a aclarar cualquier duda que exista sobre donación o trasplantes. Quedamos en una cafetería del centro de Zaragoza hasta donde llega con su moto. Como siempre, me recibe con una sonrisa, esa que no pierde ni en los momentos más complicados, y con la serenidad que aporta la experiencia y el conocimiento de lo que lleva entre manos.
Es hora de hacer balance, de recordar muchos momentos que ha vivido a lo largo de estos 30 intensos años. Pero esto no es un adiós, porque seguirá vinculado a lo que ha sido una forma de vida y lo hará a través de la formación, tanto en España como en el exterior y, además, como embajador de la Donation and Transplantion Community (DTI Community) para América Latina.
No es fácil repasar toda una trayectoria, tanto trabajo y esfuerzo, porque empezaron de la nada, con muchas ganas y poniendo en común el conocimiento de todos los que apostaron por este programa. A pesar de los años, mantiene intacto su entusiasmo. Y es que, para trabajar en donación y trasplantes "tienes que creértelo, hay mucha vocación, porque hay casos tremendos de fallecimientos". Recuerda las veces que ha llorado con las familias que acababan de perder a alguien, "y les teníamos que pedir que donaran sus órganos, explicarles que daban vida a otras personas."
Hoy, estas situaciones son diferentes, han pasado 30 años. Todo el mundo conoce la Organización Nacional de Trasplantes y la ciudadanía está muy sensibilizada, pero hay que pensar que este programa, que recibe todos los aplausos, no existía. Supuso un cambio en la mentalidad de un país, de una sociedad.
Cuenta José Ignacio Sánchez Miret cómo elaboraron los manuales que crearon un grupo de médicos, entre los que estaba él, con los que se han formado más de 15.000 profesionales. "La formación ha sido uno de los pilares fundamentales en el programa de trasplantes", en ella han implicado a diferentes colectivos profesionales que, de una u otra manera, participan en el proceso que hay tras una donación hasta que el trasplante se puede llevar a cabo.
Entre ellos, los medios de comunicación, con quienes una vez al año, la ONT se reúne en Zaragoza en unas jornadas de formación que este año serán el 9 y 10 de mayo. El doctor Sánchez Miret siempre ha estado al otro lado del teléfono cuando le llaman periodistas, a quienes siempre ha visto como aliados "para divulgar conocimiento a la población". Y así lo ha hecho a lo largo de estos años como responsable de la Coordinación de Trasplantes en Aragón para aclarar dudas y para informar.
En el programa de trasplantes ha cambiado también el perfil del donante, hay menos fallecidos por muerte cerebro-vascular y por accidente de tráfico. Ahora se trasplanta a personas mayores porque hay más esperanza de vida y es una forma de "dar vida a esas personas y con calidad".
No se olvida de los donantes y de sus familias, el doctor Sánchez Miret siempre lo menciona como un acto de generosidad y, en esos momentos, "para las familias, ante la pérdida de un ser querido, es reconfortante", remarca. Además, "contribuyen a la sociedad, a devolver la vida y supone un ahorro para el sistema sanitario", porque tal y como explica, "el trasplante es rentable sanitaria y socialmente hablando, por todos los costes que se evitan con los tratamientos a los pacientes."
La donación "es un derecho del ciudadano y la Administración tiene que ser garante de que esa opción llegue". También insiste en la importancia de trabajar para que la sanidad privada se incorpore a los programas de donación.
Sin embargo, no todo está resuelto, a este intensivista que comenzó su recorrido en el Hospital Clínico Universitario "Lozano Blesa" de Zaragoza, le gustaría que se avanzase en el ámbito de trabajo, "que esas personas puedan volver a tener una vida laboral, es algo que está ahí pendiente de resolver."
Para Sánchez Miret hablar de trasplantes es "hablar de vida y felicidad, que se les da a las personas trasplantadas y a sus familias" y subraya cómo un trasplante "saca a la gente de años de suplicio y vuelven a vivir". Lo sabe bien, lo vivió con su hijo, a quién él mismo le pudo donar un riñón. Hoy ese joven "tiene una vida plena, está lleno de vida y proyectos y hasta tengo ya un nieto."
Desde estas líneas quiero agradecer a José Ignacio Sánchez Miret su compromiso con el área de Comunicación y su atención durante los años que coincidimos en el Departamento de Sanidad, por todo lo que me enseñó sobre donación y trasplantes, sobre lo correcto y lo incorrecto a la hora de informar, y por su dedicación.
¡Disfruta de la vida y del tiempo libre que espero que ahora tengas!