Ictus es el nombre genérico que se utiliza para referirse a las enfermedades cerebrales agudas cuya causa es la alteración de la circulación cerebral. Se produce cuando una arteria que se dirige al cerebro o que pertenece al mismo se rompe o se obstruye, con lo que la sangre y el oxígeno que esta transportaba no llega a las células cerebrales y, por lo tanto, el tejido afectado muere. Así, el término ictus incluye la trombosis, embolia o infarto cerebral, la hemorragia cerebral y la hemorragia subaracnoidea.
A lo largo de toda la semana, las asociaciones de pacientes y centros sanitarios han organizado diferentes actividades para llamar la atención sobre una patología con una elevada incidencia, coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Ictus, que se conmemora cada 29 de octubre. Este año bajo el lema, "Comprometidos contra el Ictus". Y es que es importante recordar que cada seis minutos se produce en España un ictus y cada 15 un fallecimiento por esta causa.
La Asociación Ictus de Aragón (AIDA) organizó un acto médico-divulgativo poniendo el foco en la necesidad de trabajar en el “Abordaje integral del ictus”, en el que participaron los neurólogos Carlos Tejero, del Hospital Clínico Universitario “Lozano Blesa” de Zaragoza y Javier Marta, del Hospital Universitario Miguel Servet, junto al médico-rehabilitador de AIDA, Alfredo Blasco.
Medidas de prevención
Aunque existen condicionantes que no permiten prevenir el ictus, los médicos insisten en tener en cuenta factores de riesgo que sí son “modificables” como la hipertensión, la diabetes, el colesterol, la obesidad, el alcohol y el tabaco. El más importante es la hipertensión arterial, fundamental su control y tratamiento. Junto a ellos, en el ictus intervienen otros factores “no modificables” como la edad, las enfermedades cardiacas o factores genéticos.
Señales de alerta ante un ictus
Desde AIDA se recuerda que un ictus se puede reconocer por algunos síntomas que deben poner en alerta:
- Pérdida de fuerza o sensación de adormecimiento de la mitad de la cara, de un brazo o de una pierna
- Pérdida repentina de la visión, total o parcial, en un ojo o en ambos
- Dificultad para hablar o comprender y la desviación de la boca
Cuando se detectan estos síntomas es vital una rápida atención sanitaria, llamar al 061 y llegar al hospital antes de cuatro horas.
Coordinación asistencial – Código Ictus
En Aragón, la puesta en marcha del programa Código Ictus ha logrado que la mortalidad por esta patología haya descendido un 28% en los últimos cinco años.
Cuando se activa el Código Ictus, se pone en marcha el 061, avisa al hospital más cercano para que se prepare. Hoy, hay tratamientos que amplían las posibilidades de actuación como la fibrinólisis (pueden romper el trombo) o la trombectomía (extraer el trombo). Además, es relevante la coordinación entre hospitales para poder realizarlo mediante internet y videoconferencia.
La vuelta a casa y la rehabilitación
Los responsables de la Asociación Ictus de Aragón explican cómo la calidad de vida del paciente y de su entorno familiar cambia de forma radical tras sufrir un ictus. Una persona que era autónoma pasa a necesitar ayuda para muchas actividades de la vida diaria y de autocuidado, en ocasiones debe abandonar su trabajo, sus aficiones, cuando no debe permanece encamada y absolutamente dependiente para sobrevivir. Este problema afecta con mayor frecuencia a segmentos de la población especialmente vulnerables, de edad avanzada, con menos recursos, y con frecuencia con menos apoyo familiar al haber fallecido el cónyuge o tener una edad muy avanzada.
La rehabilitación del paciente que ha sufrido un ictus debe incluir “el aporte al paciente y a sus familiares de los conocimientos y las habilidades para identificar y afrontar las repercusiones de la enfermedad sobre la vida diaria”, explicó el Dr. Alfredo Blasco, médico-rehabilitador de AIDA. El objetivo de la rehabilitación es disminuir al máximo los déficits o discapacidades experimentadas por el paciente que ha sufrido un ictus, así como facilitar su reintegración social. “Es importante hacer comprender que no vamos a conseguir una recuperación ad integrum. Debemos ayudar al paciente a adaptarse a sus déficits y no a librarse de ellos."
Los programas de rehabilitación deben incluir técnicas de Fisioterapia, Terapia Ocupacional y de Logopedia, según la discapacidad que sufre el paciente. Y será importante una buena valoración por parte del neuropsicólogo para determinar el estado anímico y mental del paciente y su disposición para participar y colaborar en el tratamiento.
Fotografía: Jaime Oriz
Las actividades de AIDA, la semana en imágenes. Pincha aquí.
Videoclip: Asociación Ictus de Aragón. De manera fácil y divertida se puede aprender a reconocer cuándo una persona está sufriendo un ictus y cómo actuar.