"No hay duda de que las mujeres sois mucho más débiles que los hombres". Es uno de los comentarios que hacía el director de una de las dos agencias de prensa gráfica en las que sufrí acoso laboral durante el año en que trabajé en cada una de ellas. Lo sufrí yo y lo sufrieron el resto de compañeros. A muchos de nosotros, la experiencia nos costó una baja médica por depresión o ansiedad. Afortunadamente, estas malas experiencias fueron solo una excepción en mi carrera laboral, dado que he sido muy feliz en el resto de trabajos.
Sin embargo, puedo decir que ejercer el periodismo me costó dos bajas y mucho estrés. No soy la única. Los profesionales de la información tienen un alto riesgo de padecer problemas derivados del estrés y el burnout asociados a su trabajo. La transformación digital está en parte detrás de un nivel de estrés muy elevado para el promedio general. Los periodistas sufren también altos niveles de agotamiento emocional debido, sobre todo, a la carga de trabajo. La sensación de tener que estar conectados las 24 horas del día los 7 días de la semana no ayuda a mantener la salud.
Problemas cardiovasculares, trastornos de ansiedad y pánico son solo algunos de los desórdenes que afectan a los profesionales de la información. Entre el 80% y el 100% ha estado expuesto a incidentes traumáticos durante el transcurso de su trabajo, según el Centro Dart de Periodismo y Trauma de la Universidad de Columbia. Aunque en algunos casos puede tomar la forma de trastorno de estrés postraumático, las dolencias más comunes son la ansiedad, el estrés y el agotamiento.
Pero los problemas que sufrimos los periodistas no son solo mentales. "La salud mental va también ligada a la física", explica Santiago Gascón, investigador en el Departamento de Psicología y Sociología de la Universidad de Zaragoza, que cuando se ve un problema de salud mental, "ha habido varios problemas de salud física, como modo de pedir socorro". La covid-19 ha empeorado esta situación.
Un número significativo de los periodistas que han cubierto la pandemia muestra signos de ansiedad y depresión, según una encuesta sobre el estado actual del bienestar emocional de los periodistas realizada por la Universidad de Toronto y el Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo. El 70% padece angustia psicológica y más de un cuarto sufre el trastorno de ansiedad generalizada. Para casi el 70%, el impacto emocional y psicológico ha sido la parte más difícil de su trabajo. El 82% ha experimentado al menos una reacción negativa ante la covid.
¿De verdad nos tiene que costar la salud ejercer el periodismo?
De esta reflexión surge Almas Rotas, un proyecto de periodismo y salud mental. Buscando formas saludables de ejercer el periodismo he creado un proyecto que se articula a través de:
- El debate, donde propongo que hablemos de ansiedad, depresión, burnout, estrés postraumático... y por qué no, de suicidio entre periodistas.
- La investigación sobre la salud mental de los y las periodistas.
- Los recursos, donde aporto herramientas de gestión del estrés para periodistas.
Mi propuesta es incorporar los cuidados en el trabajo informativo, apostando por incluir el bienestar en las redacciones.
Algunos consejos para cuidar la salud mental de los periodistas son: asegurarse de que cada miembro del personal tenga a alguien con quien hablar sobre el estrés; descubrir lo que necesitan los redactores para sentirse más seguros y saludables en el trabajo y examinar si esa red de seguridad se proporciona de manera adecuada; entender que cada miembro de la plantilla muestra signos de estrés de manera diferente y se lo quita de manera distinta.
María Miret García, periodista freelance especializada en salud y creadora de Almas Rotas, un proyecto de periodismo y salud mental