La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) ha nombrado a Óscar Zurriaga Llorens nuevo presidente. Elegido en la Asamblea Extraordinaria de socios de la SEE, celebrada durante la XL Reunión Anual de la Sociedad Española de Epidemiología, en la que además se nombraron a los nuevos cargos de la junta directiva.
Zurriaga, que ocupaba el cargo de vicepresidente y sustituye a Elena Vanessa Martínez, estará al frente de la SEE los dos próximos años. Es licenciado y doctor en Medicina por la Universidad de Valencia y Máster en Salud Comunitaria. Actualmente, es profesor titular en el departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Valencia. Desempeña el cargo de jefe de la Sección de Estudios e Información Epidemiológica en la Generalitat de la Comunidad Valenciana. En los últimos años, también, ha estado muy ligado al campo de la investigación, ya que lideró el área de Investigación, Innovación Tecnología y Calidad de la Consejería de Sanidad.
¿Cómo afronta esta nueva etapa la SEE, después de este tiempo de pandemia?
Con muchas ganas de que la Epidemiología vuelva a recuperar la "normalidad". Hemos pasado a ser muy conocidos y la gente ya no se traba al decir Epidemiología, pero me temo que no se ha llegado en profundidad a saber quiénes somos y a qué nos dedicamos. Tenemos que aprovechar para ganar más en un conocimiento detallado que permita que la población identifique mejor qué es la Epidemiología, quienes son las personas que se dedican profesionalmente a ella y en qué condiciones desarrollan su trabajo.
¿Qué objetivos se ha marcado?
El desarrollo del Plan Estratégico 2022-2025, que aprobamos el año pasado y que tiene cinco grandes metas. Tenemos que incrementar la influencia externa de la SEE. Potenciar la presencia e influencia de la SEE y la Epidemiología en la sociedad en general, en las políticas que afecten a la salud y en el ámbito científico del campo de la Salud Pública.
Además, promover la formación, el empleo y la investigación. Fomentar y fortalecer la formación, la empleabilidad y la investigación en epidemiología y Salud Pública.
Otra de las metas tiene que ver con el desarrollo de una organización interna más operativa y participativa. Queremos favorecer la internacionalización de la SEE en formación, capacitación y cooperación epidemiológica.
Debemos mantener la independencia de la SEE del sector privado y de las administraciones públicas y autoridades sanitarias, no sólo en términos de financiación sino también en términos de representación administrativa y posicionamientos o comunicados de nuestra sociedad científica.
Es fundamental, además, seguir trabajando en los aspectos de comunicación con la sociedad y con otras disciplinas. Tenemos mucho trabajo que hacer ahí todavía.
La Sociedad Científica tiene varias áreas de trabajo, ¿hay algún ámbito relacionado con la salud o más directamente con la Epidemiología que les preocupe especialmente?
Nos preocupa, sobre todo, la precarización que hay en muchos de los puestos de trabajo de quienes se dedican a la Epidemiología. Es difícil que personas que han dedicado una parte importante de su vida y que se han esforzado por formarse de manera excelente puedan acceder a puestos de trabajo bien remunerados y con estabilidad en el ámbito de la Epidemiología. Mientras esto no se solucione es complicado que se pueda producir el adecuado desarrollo que podría darse.
Además, en la actualidad, también preocupa que la excesiva dedicación a la covid-19, que se ha producido en estos últimos dos años y medio, ha dejado desasistidos otros muchos aspectos, tanto en vigilancia, incluso de enfermedades transmisibles, y no digamos de las no transmisibles, como en otros muchos aspectos de la salud pública. Recuperar el nivel de antes de la pandemia requerirá un esfuerzo adicional en personas que ya han trabajado a un ritmo muy alto durante mucho tiempo.
Estos dos últimos años se decía que esta pandemia ponía de manifiesto la falta de apuesta por la salud pública, por políticas de salud transversales, por la salud en todas las políticas. ¿Cree que realmente esto será posible, los gobiernos han interiorizado el mensaje?
Creo que, al menos, el lenguaje ha cambiado. Ojalá también cambien las decisiones y se mantengan; que esto signifique que hay una apuesta decidida por la salud pública en las políticas de salud y, como dice, en la integración de la salud en todas las políticas.
Estamos esperanzados en el papel que deberá desarrollar la futura Agencia Estatal de Salud Pública, aunque hay que decir que esperábamos más del anteproyecto de la misma, pero bienvenida sea, después de esperarla durante más de una década.
Para quienes todavía hoy no conozcan esta disciplina, aunque seguramente hoy son de sobra conocidos, ¿qué les diría que puede aportar la Epidemiología a la salud?
Las funciones de la Epidemiología son vitales para que una población pueda tener un buen nivel de salud. Es más, sin la Epidemiología ni siquiera se sabría cuál es el nivel de salud de una población o comunidad. Entre otras cosas, desempeña un papel capital en la identificación de los determinantes de salud y así contribuye a que puedan ser controlados.
¿Qué sería necesario para que la Epidemiología tuviera el papel que le corresponde?
Muchos más recursos, humanos y técnicos. Y la dignificación de los puestos de trabajo, con unas remuneraciones acordes a la importancia y equiparables a las de otros profesionales sanitarios que trabajan en el Sistema Nacional de Salud español. Y poner a la salud pública en el centro de la actuación de las políticas de salud.
Si echa la vista atrás unos años, ¿en qué es lo que más se ha avanzado?
Sobre todo, en la formación de los más jóvenes. Ya hay poco autodidactismo y bastante formación reglada y de buena calidad. Hoy en día, es difícil que aparezca gente que tiene que formarse trabajando directamente. Y esta formación es fundamental y también debe serlo el que se reconozca de la manera apropiada.