¿Quién decide si estoy enfermo o sano, si estoy cuerdo o loco, si he de tratarme el colesterol, la osteoporosis o la tristeza, si debo medicarme o ser operado?... Son algunas de las preguntas que se plantean en La expropiación de la salud, el libro de Juan Gérvas y Mercedes Pérez-Fernández, un matrimonio de médicos y profesores, autores de libro Sano y Salvo, poco concordantes con el pensamiento único en la medicina.
La expropiación de la salud "es una oda a la medicina que respeta al paciente y una crítica a la medicina que invade”, explican sus autores. Es una denuncia al “sobrediagnóstico y la sobremedicación” que ha llevado a tener una sociedad y un sistema con “niños, adultos y ancianos sanos pero médico-dependientes”, apuntan.
Está dirigida a los pacientes y a los profesionales y es una llamada de atención a la desaparición de la autonomía del paciente “y de su capacidad de autocuración”. El “sobrediagnóstico” lo materializan los profesionales pero es buscado por los ciudadanos y ello no es una ventaja, “nos ponen una etiqueta y eso acaba limitando”. Los doctores Gérvas y Pérez-Fernández lamentan que la narrativa del paciente “sea nula” y hay un “abuso del uso del ordenador” en la consulta, en la atención sanitaria. Explican que en Suecia el médico no escribe en el ordenador mientras el paciente está en la consulta.
Si se escucha al paciente, él dará las claves de lo que le sucede. Se debe dejar llorar, “el paciente que llora impacta, conmueve”. La frecuencia del lloro es más que un esguince o una amigdalitis, sin embargo “no hay ningún capítulo en artículos científicos sobre el lloro”, señalan.
La sociedad actual rechaza el dolor, el envejecimiento, la muerte. Así lo muestran los casos clínicos que se recogen en el libro. Ese miedo lleva a una medicalización de los ciudadanos, porque ante ese miedo al sufrimiento “le responde una medicina arrogante”, explican los autores de La expropiación de la salud, para quienes actualmente estamos “ante una medicina que mecaniza al ser humano”.
Una situación que es responsabilidad de todos, apuntan estos médicos, de la industria farmacéutica, pero también de la alimentaria, de la tecnológica y de la de organización de servicios, de los políticos y de sus actitudes, de los medios de comunicación, académicos y científicos y de todo un conjunto de intereses que se han generado en torno a la salud. Sin embargo, se muestran optimistas y convencidos de que se puede cambiar la atención y la comunicación con el paciente. Ellos apuestan por el entendimiento, la empatía, el respeto a las creencias del paciente.
Y ¿qué podemos hacer los ciudadanos? Los doctores Gérvas y Pérez-Fernández parecen tenerlo claro:
Y recuerdan que las personas optimistas ganan ocho años de vida.
La expropiación de la salud está a la venta desde finales del mes de abril. Juan Gérvas y Mercedes Pérez-Fernández son una referencia para todos aquellos que creen en otra forma de abordar la salud y la enfermedad, de hacer la medicina escuchando al paciente y haciéndole partícipe de las decisiones. En su libro hablan de ciudadanos médico-dependientes, de prevención sin límites, analizan casos clínicos y tiene un protagonismo especial la salud mental como respuesta a la dignidad de vivir y de morir.
Sobre los autores:
Juan Gérvas es doctor en Medicina por la Universidad de Valladolid, donde ha sido profesor, así como en la UAM, la UNED, la Johns Hopkins (EEUU) y la Escuela Nacional de Sanidad (Madrid). Hasta su jubilación en 2010, fue médico general en la sanidad pública primero en Cuatro Caminos (Madrid) y después como médico rural en Canencia de la Sierra (Madrid). Centrado en la docencia, la investigación y divulgación científica. Optimista nato, crítico duro y positivo en lo práctico diario, empezó medicina en Valladolid con 16 años, y acabó a los 22.
”Me gusta la poesía, y el cine en versión original, andar por el campo, nadar en el mar, saltar al agua desde acantilados altos y conducir (hubiera sido camionero si no fuera médico)”, concluye.
Mercedes Pérez-Fernández es madrileña, licenciada en Medicina por la Universidad de Valladolid y especialista en Medicina Interna. Desde 1975 hasta su jubilación en 2010 fue médico general en la sanidad pública la mayor parte de su carrera en el Centro de Salud del madrileño barrio de San Blas, y en los últimos años fue médico rural (Sierra Norte, de Madrid). Ahora se dedica a la docencia y a la investigación y es responsable de ética en la Red Española de Atención Primaria y en NoGracias.
“No aguanto ni la injusticia, ni la corrupción, ni a los abusones, ni a los estúpidos, ni a los chulos, ni las tonterías innecesarias”, se autodefine.
Fotografía: Mercedes Pérez-Fernández y Juan Gérvas en la Librería Cálamo de Zaragoza antes de la presentación de su libro.
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