La proporción de hombres y mujeres con COVID-19 en España es similar, la mortalidad parece ser mayor en los hombres, un patrón que se repite en la mayoría de los países que ofrecen información desagregada por sexos. Desde el inicio de la pandemia diversos estudios tratan de explicar esta diferencia. Sin embargo, se habla menos de los efectos en las mujeres del brote de COVID-19, tanto directos como indirectos, tal y como advierte la revista Gaceta Sanitaria. Un artículo escrito por Esther Castellanos-Torres, de la Comisión de Igualdad de Género del Colegio Profesional de Politólogos y Sociólogos de Madrid; José Tomás Mateos, de la Facultad de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de Lleida y Elisa Chilet-Rosell, del Departamento de Salud Pública, Historia de la Ciencia y Ginecología de la Universidad Miguel Hernández de Elche.
Desigualdades de género
"Experiencias anteriores, como las de los brotes epidemiológicos por los virus Ébola y Zika, pusieron de manifiesto que, en estas situaciones, se prioriza la respuesta biomédica y se olvidan las desigualdades estructurales (como las desigualdades de género), lo que se ha llamado 'la tiranía de lo urgente' -advierte el editorial-. "Julia Smith mostró cómo en las últimas crisis sanitarias no solo el papel de las mujeres ha sido ignorado, sino que menos de un 1% de los estudios académicos posteriores se han dedicado a estudiar este impacto".
Especialmente preocupante ha sido el impacto de la COVID-19 en el personal sanitario, en su mayoría mujeres. Asimismo, los sectores económicos que posiblemente se vean más afectados por las medidas de cierre parcial de la economía son sectores con una elevada presencia de mujeres, como por ejemplo la hostelería, el turismo o la estética, a diferencia de lo que ocurrió en la anterior crisis económica, en la que el sector con mayor repercusión fue el de la construcción. "A corto y medio plazo, muchas mujeres cuya situación ya era precaria perderán su empleo y sus ingresos", denuncian.
Otro de los impactos sobre los que diversas organizaciones feministas han alertado es el aumento de la violencia machista en situación de confinamiento, en que las mujeres víctimas de violencia de género deben convivir con su agresor y sus movimientos están limitados. Según los datos disponibles, del 14 al 29 de marzo las llamadas al 016 aumentaron un 12,43% y las consultas online un 269,57% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esta situación también influye en la violencia contra la infancia, pues en la semana del 23 al 30 de marzo el chat anónimo y confidencial de la Fundación Anar recibió 270 peticiones de ayuda, 173 de las cuales corresponden a casos de maltrato grave, o sea, 24 casos al día en España.
Tal y como recoge la revista Gaceta Sanitaria, las inequidades de género derivadas de las medidas adoptadas se dan también en el ámbito doméstico y privado tras la aprobación del decreto que declaraba el estado de alarma e incluía medidas extraordinarias para el distanciamiento físico, como el cierre de todos los centros educativos y el confinamiento de la población en sus domicilios.
Cuidados, 95% mujeres
Así, aumentan las tareas de cuidados no remuneradas, tanto de hijos e hijas como de personas dependientes y mayores que puedan enfermar. Según datos de Eurostat-INE, en España, un 95% de las mujeres se involucran en el cuidado de sus hijos e hijas diariamente, frente a un 68% de los hombres. "La falta de corresponsabilidad hace que esta mayor carga de cuidados de trabajo reproductivo pudiera haber recaído en gran medida en las mujeres, dificultando en la mayoría de los casos el trabajo productivo de estas, lo cual vendría a incrementar ya el impacto negativo que tiene la doble jornada en la salud mental y física", argumentan.
En el artículo se hace referencia también a las decisiones políticas y de salud pública y se pide que se consideren las diferentes experiencias de las mujeres y los hombres durante la pandemia para asegurar que se da respuesta a sus necesidades. Mientras muchas mujeres están en primera línea frente a la pandemia, no se incluyen del mismo modo en la toma de decisiones. "Es necesario asegurar la representación equitativa de las mujeres en la toma de decisiones y el reconocimiento y la puesta en valor de los cuidados y el sostenimiento de la vida en las decisiones políticas que se adapten para superar la crisis económica y social en la que nos encontramos", concluye el editorial.
Fotografía: Kobu Agency (Unsplash)