Se sienten desbordados física y emocionalmente, pero aguantan gracias a su vocación, a su responsabilidad. Saben que los pacientes confían en unos profesionales sanitarios que en esta situación de emergencia han demostrado un compromiso y una entrega que está pasando factura. Casi 10.000 trabajadores de la sanidad contagiados en España y 271 en Aragón. Han fallecido cuatro facultativos, una enfermera y una farmacéutica.

Médicos y enfermeras de distintos puntos de Aragón han dejado su testimonio en este blog. Guardaré su anonimato para no generarles ningún problema. Trabajan en hospitales, servicios de urgencias y centros de salud, conocen bien el medio rural y el urbano.

Agradecen los aplausos diarios de la gente, se sienten reconocidos por los usuarios y saben que están de su lado. Pero se sienten abandonados por la Administración, es una palabra que se repite varias veces en nuestra conversación. "Tenemos la sensación de que se improvisa, de que no hay criterios claros", dice una de las enfermeras. Están acostumbradas a trabajar en equipo y eso ha hecho que en una situación "tan brutal hayamos sido capaces de buscar soluciones y de poner en marcha iniciativas para nuestro día a día".

La falta de material, de mascarillas adecuadas, batas impermeables,… Trajes de protección que tienen que utilizar en guardias de siete días, con todo lo que eso supone de inseguridad. Son conscientes de la situación de emergencia que se vive, están en primera línea, "asumes un riesgo pero con las medidas adecuadas", dice una de las médicos. "No se trata de ser héroes, no nos sentimos así, pero no queremos ser mártires", subraya.

Por el contrario, tienen palabras de agradecimiento hacia todas las personas que han colaborado y les siguen apoyando, amigos que les han ayudado a crear equipos de protección o los propios vecinos en los pueblos que han tratado de aportar su granito de arena. Lo explican quienes trabajan en el medio rural, agricultores que han facilitado mascarillas, delantales de plástico y hasta calzas altas. "La verdad es que la gente se ha volcado para ayudarnos", reconoce una de las profesionales que trabaja en el medio rural, mientras otra de ellas afirma que es "difícil contener la emoción en situaciones así".