El ruido del tráfico, de los transportes como el avión o el tren, así como las fuentes de ocio ruidosas, como conciertos o discotecas, son las principales fuentes de ruido en España.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el ruido como un sonido desagradable y molesto que es potencialmente nocivo para la audición y todos los años celebra el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, el último miércoles del mes de abril.
Se calcula que una tercera parte de la población mundial de ciudades industrializadas tienen algún grado de pérdida auditiva como consecuencia de la exposición a sonidos de alta intensidad y desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) se recuerda la importancia de proteger los oídos del ruido diario y reducir el tiempo de exposición al mismo.
Según un informe elaborado por la OMS sobre salud auditiva, las cifras son preocupantes, ocho millones de europeos sufren de insomnio por culpa del ruido ambiental. Los impactos en la salud se notan en los 43.000 ingresos hospitalarios asociados a la contaminación acústica. Esta puede provocar hipertensión y problemas cardiovasculares que arrojarían 10.000 muertes prematuras por efectos de la acústica urbana que, en muchas ocasiones, desconocemos. Asimismo, 1.500 millones de personas sufren pérdida auditiva, de las cuales al menos 430 millones requieren servicios de rehabilitación. Es probable que esta necesidad aumente a más de 700 millones para 2050.
El ruido es un gran factor de riesgo respecto a la pérdida auditiva, recuerdan desde la Federación de Asociaciones de Implantados Cocleares de España (AICE). Por ejemplo, los niveles medios de presión acústica (NPA) en clubes nocturnos, discotecas, bares, gimnasios y locales deportivos en vivo pueden oscilar entre 100 y 112 decibelios (dB) NPA; los niveles en los conciertos de música pueden ser aún más altos. Para proteger nuestra audición, nunca deberíamos escuchar diariamente más de 15 minutos a 100 dB.
Llamada de atención a jóvenes
Además, la OMS recomienda un máximo de una hora de música al día en nuestros reproductores individuales y según estudios entre los jóvenes, estos triplican hasta tres horas diarias asiduamente. Es necesaria la conciencia social e individual sobre prácticas saludables.
En los últimos años, los otorrinolaringólogos han detectado que el uso de reproductores personales de música con auriculares a volúmenes excesivamente elevados puede dañar la audición. 1.100 millones de jóvenes están en riesgo de pérdida auditiva permanente debido a la escucha recreativa a volúmenes fuertes. De hecho, está condicionando que la pérdida auditiva aparezca a edades más tempranas, adelantando la aparición de déficit de audición asociado a la edad unos 20 años.
Por ello, desde la SEORL-CCC
se anima a los jóvenes a estar informados y protegerse del ruido para lo que pueden hacer uso de aplicaciones móviles con sonómetro y activar también las prestaciones del móvil que protegen y ofrecen seguridad para la salud auditiva. Un estudio reciente publicado en
Laryngoscope concluye que las aplicaciones de teléfonos inteligentes que utilizan micrófonos externos calibrados pueden proporcionar mediciones de sonido útiles.
La fórmula de 60 - 60
Una fórmula muy práctica para tener en cuenta es la de 60-60: para prevenir la aparición precoz de la pérdida auditiva, los especialistas recomiendan hacer uso de este tipo de aparatos con algunas limitaciones, como no utilizarlos más de 60 minutos (una hora al día), y no superar el 60% de su volumen.
Desde las asociaciones de implantados cocleares hacen un llamamiento a la sociedad y al gobierno con leyes más restrictivas en relación a la contaminación acústica de las ciudades, tanto en términos laborales, tráfico, recintos de ocio cerrados, terrazas, apelando además al respeto por el descanso nocturno.
El informe de la OMS recuerda que casi el 80% de las personas con pérdida auditiva viven en países de ingresos bajos y medianos, donde comúnmente faltan servicios para el cuidado del oído y la audición.
Cuando no se aborda, la pérdida auditiva afecta a muchos aspectos de la vida, la escucha y comunicación; el desarrollo del lenguaje y el habla; la cognición; la educación; el empleo y bienestar financiero; aislamiento social y soledad; salud mental; relaciones interpersonales; la identidad y estigma.
La OMS apunta que escuchar a lo largo del curso de la vida es posible a través de la acción de salud pública con la prevención, la identificación temprana y una atención adecuada.
Resumen del
Informe de la OMS sobre Audición, elaborado por la Federación AICE (
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Fotografía: Mauro Mora (Unsplash)