Siete de cada diez personas que han fallecido debido al coronavirus SARS-CoV-2 son mayores. La pandemia entró en las residencias de ancianos, en ellas se han producido gran parte de esos fallecimientos, allí vive la población más vulnerable, muchas con patologías previas. Pero la covid-19 ha dejado también a personas mayores en soledad, aislados en sus domicilios, durante un confinamiento que ha tenido una grave repercusión en su salud física y emocional.
La pandemia ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad y la fragilidad de un colectivo que, una vez más, ha sacado fuerzas para seguir adelante, cumplir las indicaciones de las Administraciones y colaborar para poner fin a esta situación.Además, todo lo que se va conociendo de la atención y coordinación de los servicios sociales y sanitarios ha llevado ya a los profesionales a pedir una revisión y mejora de la atención a las personas mayores.
Blanca Fernández-Galiano es directora del Centro de Día Vitalia de Zaragoza, counselling y coaching. Su tesis doctoral estudia los "Derechos de la Ancianidad".
¿Cómo ha sido la situación de las personas mayores durante esta pandemia?
Muchos casos de personas recluidas en residencias, ha preocupado mucho. Las residencias han puesto todo de su parte para evitar que el covid-19 entrase en ellas. Es un sector muy vulnerable, con patologías previas y es donde se ha visto mayor repercusión.
En los centros de día, nuestro objetivo es tratar de evitar que el deterioro cognitivo o con el deterioro físico de nuestros usuarios vaya a más y que mantengan sus capacidades vitales el máximo tiempo posible. El confinamiento ha sido horrible para ellos, dejan las rutinas, las actividades, sus estímulos cognitivos y sociales.
La socialización en las personas mayores es fundamental y se han confinado en sus casas al cuidado de sus cuidadores, a quienes habría que hacer un monumento porque hay que ver su respuesta, cómo se han hecho cargo de estas personas, muchas veces sin recursos. Ha sido impresionante.
Se les ha recluido sin tener en cuenta que el confinamiento era una solución para no contagiarse de covid-19 pero es una muy mala solución para el desarrollo vital de estas personas y para su bienestar físico, emocional… Sus vidas se han visto muy afectadas. Creo que cuando abramos el centro muchos no podrán volver, otros, lamentablemente, han fallecido. Puede que haya sido el mejor de los males, pero desde luego ha sido el peor de los bienes.
Por lo que ha hablado con los usuarios de su centro de día y sus familias en este tiempo, ¿Qué es lo que más les ha preocupado?
El aislamiento, no poder ver a sus familias, que para ellos son importantísimas, la relación familiar, el contacto, es una de las cosas que más aprecian.
Los mayores ya de por sí tienen mucha soledad, unas veces real y otras la que sienten. El sentimiento de soledad les lleva a una situación emocional nada recomendable y les hace sentir mal. Son muy propensas a hacer balance de sus vidas y llegar a este punto en el que su mayor ilusión que era ver a sus familias no poder hacerlo… Cuanto menos capacidades cognitivas tienen, lo único que les queda son las emociones y esas emociones están ligadas al contacto físico, las caricias, los gestos, las acciones.
Quizás no haya quedado más remedio que tomar esta decisión, pero el aislamiento es una medida brutal para ellos. A mí me ha producido mucha tristeza pensar lo solos que han estado.
¿Qué destacaría de la actitud de las personas mayores durante la pandemia?
Las personas mayores han tenido una actitud ejemplar. En nuestro centro de día muchos de los usuarios son personas con problema de salud que durante la cuarentena han tenido que estar en sus casas cuidados por su familia.
Ha sido impresionante ver la tranquilidad y entrega, la paciencia con la que han sobrellevado la situación. La actitud ha sido muy positiva, sabiendo que tenían que estar en casa.
Las personas mayores son ejemplo siempre. Frente a las adversidades no sé de dónde sacan las fuerzas pero responden siempre. Cuando toca cuidar nietos, los cuidan; cuando toca ayudar a los hijos ayudan a los hijos; cuando tienen que cuidar de sus parejas lo hacen y siempre poniendo la capacidad de entrega por delante.
Pienso que es producto de la generación y de la educación que han recibido. Les inculcaron los valores de entrega, de responsabilidad y de hacer lo que tienen que hacer más allá de estar bien o estar mal. Creo que ni se lo plantean, consideran que tienen que hacer algo, entienden que es su responsabilidad y lo hacen.
Los hijos han sentido que a sus padres no se les ha tratado bien, que a los mayores se les ha llevado al ostracismo, que no se ha pensado en ellos y que las necesidades de todas estas personas estaba muy por encima del confinamiento.
No plantear que pudieran salir al menos a dar un paseo, poniendo las medidas necesarias. Han sentido que a sus madres y padres se les ha ninguneado y que no se ha sabido percibir las necesidades de nuestros mayores. Entendían que el confinamiento no les hacía ningún bien y veían cómo iban perdiendo facultades, cómo perdían calidad de vida.
¿Cuando todo pase, qué habrá que revisar?
Habrá que hablar de integrar en nuestras vidas que existen virus que nos van a afectar, no sé si hasta el punto en el que lo ha hecho este, parándonos la vida… Deberíamos recapacitar para estar más preparados, para afrontarlos sin necesidad de este confinamiento.
Se está hablando mucho de gestionar las residencias de otra manera y que pasen a depender de salud en lugar de los servicios sociosanitarios. Nosotras pensamos que es un error puesto que las residencias son hogares donde las personas viven, disfrutan y hacen su vida, no están hospitalizadas, pero es verdad que ese hogar que son las residencias y que es un servicio sociosanitario debe estar en coordinación continua con los centros de salud. Hay que estudiar esto. Pero no hay que arrebatar a los residentes de su hogar que es la residencia y se les trata con cariño y con respeto.
¿Habría que trabajar más la humanización en la atención a mayores?
Cualquier mejora para la humanización de los espacios de mayores debería ser algo a tener muy en cuenta. Los mayores son un valor en la sociedad, son personas que nos dejan un legado y como tal hay que estarles inmensamente agradecidos.
Yo creo que debemos trabajar en esa humanización, en espacios en los que el modelo sea cada vez más emocional. Debemos ser capaces de transmitirles que les queremos, que son importantes para nosotros, que son necesarios en la sociedad.
Lo que aprendemos de las personas mayores es infinito. Así que, desde luego, abogo por esos espacios más humanizados, donde puedan estar tranquilos, donde tengan unos años de vida de calidad, desde el punto de vista físico, psicológico y emocional. Es lo que se merecen y por lo que tenemos que apostar todos.
¿Qué es lo que más le ha sorprendido en esta pandemia?
Me ha sorprendido la capacidad de adaptación que tenemos las personas, la resiliencia, querer superar las situaciones y colaborar.
Me ha decepcionado ver que hay personas que no son conscientes de lo que supone saltarse las reglas, tanto para ellas como para los demás, aunque en general hemos dado un ejemplo de solidaridad. Hemos aprendido a valorar el trabajo de tantas personas que se dedican a los demás, que nos han facilitado la vida estos meses y es una lección.
La capacidad de muchas personas para mirar hacia dentro, parar, observar y ver qué es lo que necesitamos y concedernos el permiso para darnos eso que necesitamos.
Esta parada estoy convencida de que será un antes y un después para mucha gente. Nos hemos dado cuenta de que tanto correr no sé si nos lleva a alguna parte y que otro tipo de vida es posible.
Ha sido también un momento de encuentro para muchas familias y han aprovechado el momento, pero también hay que pensar en quienes han vivido situaciones muy complicadas, donde la convivencia ha tenido que ser muy difícil.
Esta etapa nos ha mostrado que se puede trabajar y vivir de otra manera. El tiempo nos dirá si es mejor o peor, pero hemos visto otras formas de hacerlo.
Información adicional
Informe analítico de gestión en centros residenciales en España durante el Covid-19, Círculo Empresarial de Atención a Personas (
CEAPs)
Así se han enfrentado las personas mayores al confinamiento por COVID-19,
El Blog de Zoe
Fotografía: web Blanca Fernández-Galiano.