Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Zaragoza, el doctor Javier López del Val se ha dedicado a la Neurología, desde 1980 y hasta 2019 trabajó en el Hospital Clínico Universitario "Lozano Blesa", donde fue responsable de la Unidad de Trastornos del Movimiento y, actualmente, trabaja en el Clínica Montpellier en la capital aragonesa. Es miembro del Comité Médico Asesor de Parkinson España y siempre ha destacado por su apoyo a las asociaciones de pacientes y su trabajo constante con las personas con enfermedades neurológicas. A principios del mes de abril, recibió en Madrid uno de los “Premios Nacionales Medicina siglo XXI” por sus contribuciones al campo de la Neurología.
Enhorabuena por este reconocimiento, ¿qué supone para usted recibir este premio?
Realmente fue algo inesperado y en varias ocasiones pregunté a la organización del premio qué habían visto en mí para hacerme merecedor del mismo, pues toda mi vida he sido el mismo… No he obtenido respuesta. Así que lo interpreto como un premio a la trayectoria y, por supuesto, que ha representado una gran alegría.
A lo largo de su carrera ha tenido muchos premios, dígame alguno que le haya hecho especial ilusión
He recibido premios por publicaciones o comunicaciones en congresos, por organización de cursos nacionales de Neurologia en Zaragoza, en Madrid, Curso nacional de Trastornos del Movimiento, o en Candanchú, el seminario Neurológico de Invierno durante 28 años. Pero, posiblemente, este sea el más importante porque es al mejor médico español en la especialidad de Neurología, aún ahora me cuesta pronunciarlo y escribirlo.
Por qué optó por dedicarse a la Neurología
Yo fui alumno interno desde segundo de Medicina hasta sexto en el Hospital Miguel Servet, de 1972 a 1977, de la mano del profesor Guillen y del asesinado Dr. José Ramón Muñoz, los primeros años pasé por Medicina Interna, Cardiología, Neumología, Digestivo… Aprendiendo en todas ellas, pero en sexto de Medicina, pasé a Neurología, el jefe entonces era Antonio Oliveros, y fue allí donde el Dr. Oliveros me hizo descubrí y amar la Neurología, quitándome de la cabeza la idea de hacer Psiquiatría, a él le debo mi pasión por la especialidad.
Dentro de esta especialidad, su trayectoria ha estado vinculada a enfermedades relacionadas con trastornos de movimiento, es una referencia si hablamos de párkinson o distonía... ¿Cuál ha sido la evolución de estas patologías?
Los neurólogos somos "solo neurólogos" y nos dedicamos a "toda" la Neurología. Pero dentro de esta, mi jefe de Servicio en el HCU Lozano Blesa, el Dr. Morales Asín, nos descubrió que un servicio crece más si sus miembros se dedican o se especializan un tiempo en una parte concreta de la Neurología, aunque haciendo Neurología general en consultas y hospitalización, y yo elegí los Trastornos del Movimiento. Y, efectivamente, en estos 40 años los cambios diagnósticos y terapéuticos han sido impresionantes y afortunadamente aún se sigue creciendo e investigando muchísimo, aunque haya enfermedades que siguen siendo incurables, pero se pueden retrasar o modificar.
Y de la Neurología en general, ¿hay alguna enfermedad neurológica que haya tenido un cambio realmente diferencial?
Muchas, las cefaleas, migrañas; las enfermedades desmielinizantes como la esclerosis múltiple; la epilepsia, los trastornos del movimiento, los accidentes vasculares cerebrales…Todas ellas, han dado giros de crecimiento diagnóstico y terapéutico notabilísimos en estos años.
¿Cuál es la asignatura pendiente en Neurología?
Poder llegar a frenar o revertir enfermedades neurodegenerativas… Aunque se ha avanzado en muchas, que duda cabe que nos gustaría poder derrotarlas definitivamente.
Ahora se habla mucho de la relación médico-paciente y del papel de las asociaciones, pero recuerdo que usted ya estuvo en los inicios de la asociación del párkinson, ¿qué destacaría de esa relación médico, paciente, asociaciones? ¿Cómo es su relación con sus pacientes?
Desde hace muchos años yo sigo siendo el médico asesor de asociaciones como Parkinson Aragon, Parkinson España, Distonía Aragon… Siempre hay que estar ahí para poder asesorar y ayudar. Otra cosa es que al crecer, muchas de ellas no siempre consideren oportuno pedir tu opinión para determinadas cosas.
¿Cree que a los jóvenes estudiantes se les prepara para esa relación con el paciente?, ¿se les habla suficiente de la humanización del sistema sanitario?
No, rotundamente no. No te puedes ni imaginar lo orgulloso que me siento de saber que, en el periodo de prácticas de quinto curso, más de dos y más de tres alumnos han salido enamorados de la Neurología y se han hecho neurólogos y me lo han recordado. Hoy, creo que los motivamos menos, y lo creo con seguridad y profunda tristeza, pero es el cambio que está experimentando nuestro sistema de salud.
Ahora mismo trabaja como neurólogo en la Clínica Montpellier, ¿cuáles son sus planes más próximos?
Pues después de los años de pandemia y de las dificultades para buscar financiación, por fin, este año vuelvo a codirigir el Curso Nacional Anual de Trastornos del Movimiento y serán ya 29 años. Lo haremos en octubre en Madrid con la colaboración del Grupo de Estudios de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología. Y espero poder seguir participando en ensayos clínicos y terapéuticos que surjan en España. Además de seguir viendo a mis pacientes.
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