El grupo de población más expuesto a redes sociales es el que más reticencia tiene a vacunarse. Es una de las conclusiones del encuentro "En busca de un consenso sobre reticencia vacunal", organizado por el instituto SaludsinBulos y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación La Caixa, con la colaboración de la Fundación Severo Ochoa y la participación de una veintena de representantes de sociedades científicas, colegios profesionales y asociaciones de pacientes.
Jóvenes menores de 24 años, con estudios secundarios o universitarios y que viven en núcleos urbanos es el sector de la población que menos confianza tiene en las vacunas y, durante la pandemia covid, pensó en su mayoría que la amenaza era "exagerada", según datos de una encuesta europea realizada por Vaccine Confidence Project presentada por su directora, la antropóloga y profesora Heidi Larson (LSHTM). Otro de los resultados de la encuesta es que los mensajes que apelan a vacunarse como una "obligación moral" provocan un fuerte rechazo frente a los que apelan a la "protección", que tienen buena acogida, como refrendaron los participantes en el evento.
Durante la pandemia, grupos antivacunas han tratado de propagar de forma global numerosos bulos sobre las vacunas, intentando afectar de forma negativa a las campañas de vacunación. Estos grupos ya tenían actividad antes de la pandemia y difundían desinformación sobre muy diversas vacunas pero, según los resultados del
I Estudio sobre Bulos en Vacunas, realizado por el Instituto SaludsinBulos y Doctoralia, en colaboración con la Asociación Española de Vacunología (AEV), el 45% de los españoles desconocía su existencia antes de la covid-19. Los resultados de este trabajo también indicaron que la seguridad y eficacia son las mayores preocupaciones de los ciudadanos respecto a las vacunas.
Además, otro trabajo realizado por especialistas españoles en informática de Ciencias de la Salud del Hub eSalud sin Bulos concluyó que cerca de la mitad de los videos de YouTube sobre vacunas son información falsa difundida por grupos antivacunas. Este estudio analizó alrededor de 1.000 vídeos y estableció 17.533 conexiones entre ellos.
Humor contra los bulos
Una de las formas que más ha calado para trasladar los mensajes antivacunas ha sido el humor, como reflejan diferentes estudios. "Los memes se difunden de forma muy rápida, tienen una carga ideológica y han contribuido a crear estados de opinión contra la vacunación. Algunos de sus mensajes, desgraciadamente, han calado en algunos sectores de la población, como los jóvenes" explica Carlos Mateos, coordinador de SaludsinBulos. Por ese motivo, los participantes coincidieron en la necesidad de divulgar el beneficio de las vacunas a través del humor, pero sin burlarse de quienes tienen creencias equivocadas sobre las mismas.
Mejorar la información
Frente a la desinformación, Jeffrey Lazarus, investigador de ISGlobal, destacó "la necesidad de mejorar la información sobre vacunación, con un lenguaje sencillo y por los canales que lleguen a la población, como las redes sociales". De acuerdo con ello, otra conclusión a la que llegaron los especialistas multidisciplinares en vacunas es que los médicos de Atención Primaria, enfermeros y farmacéuticos tienen un papel fundamental para divulgar sobre sus beneficios y que el humor es un recurso muy útil y poco explotado para combatir los bulos de los grupos antivacunas.
Este design thinking ha contado con la colaboración de especialistas procedentes de la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, la Agencia de Salut Pública de Barcelona, la Asociación Española de Vacunología (AEV), el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, la Escuela Andaluza de Salud Pública, la Unidad de Cultura Científica e Innovación de la Facultad de Medicina de la Universidad Castilla La Mancha, la Facultad de Farmacia de la Universidad del País Vasco, la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (ANENVAC), la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), el Ministerio de Sanidad de Andorra, el Servicio de Inmunología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander, el Foro Español de Pacientes y el Grupo de Trabajo de Vacunas de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia.