Pese a que la prevención es algo que no se ve a simple vista, sus efectos sobre el sistema sanitario son indiscutibles. Y en la prevención de enfermedades, las vacunas tienen un papel fundamental, tal y como se ha demostrado este año con la introducción en el calendario de vacunación del anticuerpo monoclonal frente al virus respiratorio sincitial, que está permitiendo reducir los ingresos y las atenciones en urgencias por bronquiolitis. De hecho, la Generalitat de Catalunya cifra en un 77% la disminución de bebés atendidos por esta patología en los servicios de urgencias. Un logro que, para la Asociación Española de Vacunología constituye uno de los grandes hitos de este 2023.
"La prevención está de enhorabuena. España, junto con Francia y Estados Unidos, han sido la avanzadilla de una estrategia de prevención que, seguro, será adoptada por numerosos países el año que viene", apunta Jaime Pérez, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV). El presidente de la AEV, en una nota informativa de balance del año, recuerda que la enfermedad causada por el VRS hospitaliza a uno de cada 56 niños que nacen y cada episodio causa nueve consultas en Atención Primaria. "Todo parece indicar que la estrategia de inmunización frente al VRS va a suponer otra revolución de la prevención que va a incidir en la asistencia y la mejorará, aliviándola", señala.
En 2023, también se ha comenzado a administrar la vacuna antigripal a los niños y niñas de entre 6 y 59 meses. Dos avances que se suman a los que se han ido incorporando en años previos al calendario de vacunación, y que se añaden a otros como la vacunación neumocócica, la difteria, la tosferina, el tétanos o la covid-19, que salvan millones de vidas y que reducen la presión asistencial. "Por desgracia, a veces olvidamos demasiado pronto los frutos de estas revoluciones", lamenta el presidente de la sociedad científica.
De cara a 2024, la Asociación Española de Vacunología insiste en la importancia de creer en el valor de la prevención primaria, aunque a veces pase desapercibida, para mejorar el conjunto de la Salud Pública. "Uno solo es consciente de lo que le ocurre, pero no de lo que no le ocurre. Quién lleva una dieta sana o hace ejercicio puede no notar a corto plazo los efectos positivos de sus hábitos, igual el que fuma puede no notar el efecto perjudicial del tabaco hasta muchos años después de comenzar. Lo mismo pasa con las vacunas", apunta Pérez.
Por este motivo, la AEV insta tanto a la población general como al propio sistema sanitario a ser más conscientes de la prevención de la enfermedad a través de las vacunas no solo en la infancia, también en la edad adulta. "Subir las coberturas vacunales es labor de todos, pero es fundamental que la asistencia sanitaria, especialmente la dirigida a la población adulta porque la pediátrica ya lo hace, tome la prevención con vacunas como algo suyo", señala el presidente, y cita medidas como la captación activa de los pacientes, la vacunación sin cita en un momento dado de las campañas, los no impedimentos administrativos… Acciones todas ellas fundamentales para alcanzar las coberturas propuestas (75% en gripe, por ejemplo) y que de momento no se están consiguiendo.
Nobel para la vacunología
Otro de los momentos más significativos del año para la Asociación Española de Vacunología ha sido la entrega del Premio Nobel de Medicina a Katalin Karikó y Drew Weissman por sus descubrimientos sobre las modificaciones de bases de nucleósidos que permitieron el desarrollo de vacunas de ARN mensajero eficaces contra la covid-19. "Esta nueva tecnología para la fabricación de vacunas preventivas y terapéuticas ya está proporcionando grandes servicios a la humanidad y tiene un gran futuro en otras enfermedades, no solo en las infecciosas", afirma Pérez. En España, los dos científicos habían recibido ya, compartido con otros investigadores de las primeras vacunas de la covid-19, el premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2021.