La vergüenza, la pereza y otros factores sociales llevan a que sólo el 32% de los españoles de más de 40 años use gafas progresivas, a pesar de que aproximadamente dos de cada tres haya tenido problemas de visión para leer la carta de un restaurante. Casi un 90 por ciento de los españoles se ha visto en situaciones donde necesitaban gafas para ver de cerca. Sin embargo, el 41% esconde tener problemas de visión, lo cual influye, junto a otras razones, en que solo uno de cada tres españoles haga uso de las gafas progresivas.
Estos son algunos de los datos de un estudio sociológico llevado a cabo por Multiópticas, donde se traducen en cifras algunos de los problemas de visión a los que se enfrenta un segmento de la población española y sus consecuencias. Es a partir de los 40 años cuando suele aparecer este problema, según recoge el estudio.
"Aunque utilizar gafas es una necesidad cada vez más extendida por el aumento de la edad o el uso de las pantallas, llama la atención que aún existan tabúes en el uso de los progresivos", destaca Carlos Crespo, director general de Multiópticas.
Los datos del estudio se centran en reflejar los problemas de visión de la población española de entre 40 y 70 años, de los cuales casi el 80% tiene problemas para ver de cerca. Las actividades más comunes en las que los encuestados han tenido problemas con la visión incluyen leer el móvil (casi un 63%), leer soportes habituales como el menú de un restaurante (un 55%) y trabajar con documentos en el entorno laboral (un 51%).
En el mismo, aparecen algunos datos sorprendentes como que el 41% de encuestados esconde sus problemas de visión. Así, se descubre que uno de los motivos más habituales que lleva a los encuestados a ocultar su falta de visión es el factor social. No ser capaces de leer bien la carta de un restaurante en presencia de otros amigos lleva al 13% de las personas de 40 a 49 años a esconder su necesidad de lentes progresivas.
El estudio también muestra que casi el 90% de los españoles con problemas de visión se ha planteado llevar gafas, mientras que solo el 32% las ha utilizado. Por lo que respecta a quienes no se han planteado nunca llevar gafas, la pereza de hacerse el examen ocular es el motivo principal que se alega, pero también destaca el rechazo a sentirse mayores de lo que son, ya que la mitad de las personas encuestadas considera que la edad media para comenzar a hacer uso de las gafas progresivas se encuentra próxima a los 50 años.
De hecho, aproximadamente ocho de cada diez españoles que han tenido problemas para ver la letra de la carta de un restaurante admite que no les ha dado vergüenza estirar el brazo para poder ver con claridad, aunque quienes tienen entre 40 y 49 años son los que más indican sentir vergüenza.
Fotografía: Josh Calabrese (Unsplash)
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