El ictus es la primera causa de mortalidad entre las mujeres españolas y la segunda en los varones, además de ser la primera causa de discapacidad grave y la segunda de demencia, tal y como recoge el Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (GEECV-SEN). Si la prevención es la máxima desde la que se trabaja para evitar el ictus, también lo es el tratamiento de los pacientes, donde la rehabilitación y el seguimiento son fundamentales. “Que el ictus no te parta la vida” es el lema de trabajo de la Asociación Ictus de Aragón (AIDA), dando respuesta a quienes han sufrido un ictus y a sus familias. Con este objetivo, desde el año 2013 gestionan la Unidad de Ictus del Centro de NeuroRehabilitación Fadema (CNR-Fadema).
Es el único centro de estas características que hay en Aragón. Allí trabajan 10 profesionales especializados en daño neurológico y prestan 900 atenciones cada mes, sin importar la edad del paciente. La labor del CNR comienza cuando ha terminado la fase de hospitalización, cuando la persona que ha sufrido el ictus debe volver a casa pero necesita continuar con su rehabilitación y la familia tiene que enfrentarse a situaciones que, hasta ese momento, desconocía.
El primer contacto en el Centro de NeuroRehabilitación es con la trabajadora social, después se realiza la valoración médico-funcional, con el médico rehabilitador y la terapeuta ocupacional, y una valoración psicológica, si es necesaria. A partir de ahí se elabora el Plan Individualizado de Rehabilitación y comienza una nueva etapa para el paciente, la de tratar de recuperar su vida anterior al ictus, su autonomía personal.
Un recorrido no exento de dificultades en el que el paciente no está solo, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, logopedas, neuro-psicólogos o psicólogos intervienen en la rehabilitación, cada uno de ellos con sus objetivos y con revisiones periódicas para ver la evolución y ajustar ese tratamiento en cada momento.
Por las características del ictus, en los primeros seis u ocho meses es el periodo de tiempo en el que existen más posibilidades de rehabilitación. De ahí que desde AIDA se insista en que cuanto antes se haga mejores resultados se podrán obtener. De hecho, empieza a ser habitual en los hospitales comenzar los ejercicios rehabilitadores a partir de las 24 o 48 horas del ictus.
Para ello, el Centro de NeuroRehabilitación tiene diseñados seis programas de atención a los pacientes de ictus:
Con la idea de facilitar la atención integral a quienes han sufrido un ictus y a sus familias, el acuerdo entre AIDA y FADEMA incluye el centro de día y la residencia en el mismo edificio.
Como asociación, entre los principios de AIDA figura la atención a las familias, el apoyo y la ayuda para buscar los recursos necesarios o el apoyo psicológico cuando lo requieren. En este sentido, recuerdan que es una labor de mucho esfuerzo por parte del paciente y de su entorno, ya que se necesita un paciente activo, que sea el actor principal de su rehabilitación, con un trabajo continuado y constante.
Resultados de un tratamiento en terapia ocupacional (vídeo).
Más información sobre AIDA (vídeo).
En la fotografía, trabajadores de AIDA y usuarios en las instalaciones del CNR-FADEMA.
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