"El lado oscuro de la farmacia" no es un libro que deba interpretarse como un ataque generalizado a las farmacias o al colectivo farmacéutico, sino una defensa contundente del paciente frente a los múltiples productos que, en realidad, no favorecen la salud, así lo cuenta la doctora Esther Samper. Ella es la autora de esta guía en la que recoge desde la publicidad engañosa a los fármacos sin eficacia demostrada contra gripes o resfriados que se venden como gominolas, pasando por el multimillonario negocio de la homeopatía, los artículos antimosquitos o los complementos dietéticos y nutricionales.
Dice la doctora Samper que no hay lugar para "las mentiras piadosas en el ámbito médico ni justificación posible para recetar productos de farmacia sin eficacia demostrada". En su libro aporta argumentos basándose no solo en sus conocimientos científicos, sino también en estudios clínicos y diversas investigaciones. "Para ser críticos como consumidores es necesario tener antes la máxima información posible de aquello que compramos", afirma, mientras anima a poner atención siempre en la letra pequeña de cualquier producto. "El lado oscuro de la farmacia" es una herramienta veraz para obtener información sobre múltiples productos sin eficacia demostrada y pseudoterapias. Además, la autora también advierte de los posibles riesgos que conlleva utilizar este tipo de productos.
Esther Samper es
doctora en Ingeniería Tisular Cardiovascular. Licenciada en Medicina y máster en Biotecnología biomédica, ha centrado su carrera profesional en el ámbito de la investigación y la divulgación científica. Como investigadora, ha estudiado el uso de células madre con finalidad terapéutica en enfermedades cardíacas. Como
divulgadora, además de crear el blog Tempus Fugit en 2005, que evolucionó a MedTempus, fue responsable de la sección de salud de Soitu.es y del blog "La doctora Shora" en El País. En la actualidad,
se dedica de forma profesional a la comunicación sanitaria y biomédica para diferentes medios de comunicación. Es autora del libro "Si escuece, cura: 50 malas prácticas de salud al descubierto", le apasiona compartir información y desmontar bulos sobre medicina y salud en redes sociales como Twitter, donde cuenta con una amplia
comunidad de seguidores.
El "a mí me funciona" no es garantía de éxito
Nuestra experiencia personal nos engaña a la hora de valorar la efectividad de los tratamientos. Y lo hace por distintos motivos. Samper destaca fenómenos tan diversos como la ilusión de causalidad, la remisión natural o espontánea de las enfermedades, la regresión a la media, los cambios de comportamiento o el aumento del apoyo familiar y social, el efecto placebo y el autoengaño.
"En ocasiones, una simple pastilla de azúcar puede mejorar ciertos síntomas si estamos convencidos de sus beneficios curativos por este efecto. El dolor, precisamente, es uno de los síntomas que más pueden aliviarse gracias a este extraño fenómeno. De hecho, resulta muy gracioso escuchar a determinadas personas afirmar que su dolor remite a los pocos minutos tras tomar ciertos analgésicos. En la mayoría de los casos, se debe al efecto placebo, no a los propios medicamentos. Es imposible que la mayor parte de los fármacos orales contra el dolor ofrezcan resultados en tan poco tiempo. Para que un determinado medicamento tenga efecto, antes debe absorberse y distribuirse por el cuerpo humano hasta llegar a ciertas concentraciones en sangre. Estos procesos llevan su tiempo cuando se toman por vía oral y no son, ni mucho menos, instantáneos", comenta al ilustrar el efecto placebo.
La expresión "a mí me funciona" es una de las más utilizadas por los pacientes, cuenta la doctora Esther Samper, "una extraña mezcla entre un convincente sello de garantía personal y una poderosa arma publicitaria".
La importancia de los ensayos clínicos
En su libro, pone en valor no solo los propios ensayos clínicos, sino también el análisis conjunto de todos ellos y la información resultante, la cual ayudará a conocer con precisión cuáles serán los beneficios y los riesgos de cualquier tratamiento. "Los ensayos clínicos, junto con las investigaciones biomédicas preclínicas, han sido los grandes motores de los avances médicos, sin ellos estaríamos ciegos a la hora de examinar su verdadera utilidad", afirma.
Leyes y publicidad engañosa
"La razón por la que se venden medicamentos y otros productos que no son efectivos en las farmacias no se debe, en exclusiva, a nuestra dificultad para reconocerlos guiándonos por nuestra experiencia personal. Si están ahí es porque las leyes lo permiten o porque no se actúa para que se cumplan, igual que se permite que sigan existiendo curanderos, que se encuentran entre la impunidad y el limbo legal. Además, los requisitos que tienen que cumplir determinados productos de la farmacia para comercializarse son muy diferentes según en qué grupo se clasifiquen", cuenta.
En ese sentido, Esther Samper aporta diversos ejemplos. Mientras los medicamentos tienen la obligación de demostrar calidad, seguridad y eficacia en ensayos clínicos antes de su comercialización, los llamados medicamentos homeopáticos resisten a la legislación. La ley permite su existencia como placebos privilegiados, haciendo pensar al consumidor que son un medicamento de verdad.
Otro factor clave al que hace referencia en "El lado oscuro de la farmacia" es su etiquetado y publicidad en los medios de comunicación. "Aunque la publicidad de los medicamentos destinada a la población general es un ámbito altamente regulado, los responsables de su vigilancia y control son los mismos que se encargan de velar por la buena publicidad de gran cantidad de productos en España: Autocontrol", explica la doctora Esther Samper.
Consejo farmacéutico
Las farmacias son establecimientos sanitarios de confianza y la figura del farmacéutico tiene mucha credibilidad. ¿Quién no ha pedido alguna vez consejo a su farmacéutico? Tal y como señala la autora, tienen un papel fundamental que va más allá de la venta de medicamentos y otros productos en el ámbito de la salud. "Por ello, cuando un farmacéutico expone en sus estanterías productos sin eficacia demostrada como si fueran útiles o, peor aún, los recomienda, no está actuando como un buen profesional sanitario, sino como un tendero que se preocupa más por el negocio de la botica que por la salud y el interés del paciente", afirma la doctora Samper.
"Aunque las farmacias están obligadas a dispensar los medicamentos y productos sanitarios que se soliciten, siempre pueden explicar a los pacientes que ciertos productos no cuentan con evidencia científica que los respalden. En los casos más extremos, podrían negarse a vender productos de eficacia no demostrada al ampararse en su Código Deontológico", explica.
Homeopatía, disfraz científico
Solo en España, los laboratorios homeopáticos facturan decenas de millones de euros por sus productos cada año. Sin embargo, el panorama se presenta cada vez más complicado para la homeopatía. En los últimos cinco años, "se ha observado un punto de inflexión, la homeopatía ya no disfruta de la gran tolerancia de las sociedades e instituciones de la que gozó hace años en multitud de países", destaca.
En su opinión, hay una gran confusión y desinformación entre la población en general sobre lo que es, en realidad, la homeopatía. Las encuestas que se realizan a sus usuarios muestran que muchos de ellos confunden los productos homeopáticos con plantas medicinales, infusiones o, simplemente, medicamentos naturales y desconocen los supuestos principios en los que se basan. También está muy extendida la creencia de que son productos con evidencia científica, entre otras razones porque se venden en las farmacias y aparecen como medicamentos.
Sin embargo, recuerda la doctora Samper que la realidad contrasta con estas percepciones, ya que ni existe ningún mecanismo biológico por el que la homeopatía pudiera funcionar ni tampoco se ha demostrado de forma rigurosa la eficacia de la homeopatía en innumerables ensayos clínicos. "Es más, si los supuestos mecanismos por los que funciona la homeopatía fueran ciertos, eso echaría por tierra los conocimientos establecidos que tenemos sobre física, química y farmacología. El mundo en el que vivimos funcionaría de una forma muy diferente a como lo hace en la realidad", recoge "El lado oculto de la farmacia".
Tradición y plantas medicinales
El libro habla también de las plantas medicinales, de las que dice "circulan varios mitos que idealizan o distorsionan sus propiedades. Estas creencias erróneas pueden poner en riesgo la salud de las personas que las creen a pies juntillas", afirma la doctora Esther Samper. Que se consideren inofensivas porque son naturales, que no pase nada por combinar plantas medicinales con medicamentos o que se llamen así porque han demostrado sus beneficios terapéuticos son algunos de los mitos alrededor de estos productos que se venden en farmacias y herbolarios.
El uso terapéutico de muchas plantas en la actualidad se basa principalmente "en creencias que se han difundido de boca en boca o, en ocasiones, por escrito, sin que nadie se pusiera a comprobar qué había de verdad en ellas a través de ensayos clínicos". No pocas personas tienen la percepción de que la tradición "es un excelente e infalible sistema para verificar la utilidad de una planta medicinal. Es muy típico el argumento de si lo llevan usando desde hace tantísimos años, debe de ser porque funciona". Pero, Samper señala que la tradición "no es un sello de garantía, ni mucho menos, y varios ensayos clínicos en las últimas décadas nos han demostrado que algunas plantas medicinales se han utilizado de forma errónea durante miles de años, aunque sigan conservando su aura sanadora en la cultura popular".
"Vivimos en una época en la que el término natural se asocia frecuentemente con lo mejor, es decir, con aquello que es sano, inofensivo y beneficioso para la salud. Esa es la gran mentira implícita en torno a este concepto", apunta.
Complementos dietéticos nutricionales, mensajes erróneos
"El sistema inmunitario es, posiblemente, el elemento más tergiversado y prostituido del cuerpo humano. Tanto es así que cuando se refieren a este sistema de defensa para vender un producto, hay que ponerse automáticamente en guardia". Este es uno de los múltiples ejemplos que la autora utiliza para denunciar los mensajes erróneos de los complementos dietéticos nutricionales. Otros son que estos productos recargan de energía y vitalidad, refuerzan la concentración, ayudan al corazón, a combatir enfermedades asociadas al cáncer o hacen adelgazar.
Cuenta en el libro que los complementos dietéticos "suponen un multimillonario negocio en España". En 2019, este sector alcanzó un valor de mil millones de euros en nuestro país, después de un aumento de las ventas prácticamente constante en la última década. Con la pandemia de covid-19, en 2020 se superaron todos los récords.
Por ello, Samper pide a sus lectores "grábatelo a fuego: una dieta normal sin déficits nutricionales ni circunstancias especiales no necesita complementos, son absolutamente prescindibles". Se muestra muy crítica con la legislación, "en realidad, las declaraciones de propiedades saludables establecidas por la legislación para los productos alimentarios no son más que perogrulladas nutricionales en casi todos los casos". Un mensaje que refuerza explicando que multitud de alimentos presentes en fruterías, pescaderías y carnicerías podrían contar con reclamos de este tipo por su composición nutricional. "No los tienen porque ni hay una estrategia publicitaria generalizada detrás de estos productos ni tampoco suelen poseer etiquetado donde calzar tales mensajes".